Capitulo Ocho

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Después de todo ese retraso, llegaron a la ciudad al medio día.


La idea era reabastecerse y preparar a Jiang YanLi con algunas cosas extras, al lugar en el que iban a entrar estaba lleno de peligros que hasta a él le costaba atravesar.

Claro que se le ocurrió tener un par de consideraciones cuando vio como Jiang YanLi no le prestaba atención en absoluto, además llevaban días durmiendo en la intemperie, en el rio se habían bañado, pero no se comparaba a una tina con agua caliente.


Así que se lo concedió, pidieron una habitación y se dejaron caer en el suelo en cuanto cerraron la puerta, Jiang YanLi se preparó un baño caliente y preparó su ropa para no perturbar el descanso de Xue yang que ni siquiera se había acostado bien en la cama.

—ejem, joven Xue...—o llamó gentilmente e incómoda por como el joven abrazaba su almohada con tanto cariño. — deje agua lista por si quiere tomar un baño.

El baño en el rio había sido suficiente para él, por ahora solo quería dormirse.

Jiang YanLi divertida por cómo no le tomó ni cinco segundos volver a caer dormido fue hasta la ventana a observar la ciudad. Sus piernas le habían rogado por un descanso, pero ahora que lo tenía sentía una gran necesidad de mantenerse en movimiento.

Además, la gente estaba muy animada en la calle, los niños jugaban, los vendedores gritaban con alegría y la gente que estaba paseando se veía bastante tranquila.

Con algo de duda miró entre Xue Yang y la calle.





—...no, no quiero...—habló Xue Yang mientras despertaba por los golpes en su puerta, la casera preguntaba si pedirían de cenar o los dejaba tranquilos, Xue Yang esperó a que Jiang YanLi respondiera por ambos y se volvió a acomodar, unos segundos más y notó que ella ni siquiera estaba ahí.

Después de despedir a la señora se asomó por la ventana a buscar a la señorita Jiang, había mucha gente en la calle, pero aun así la reconoció, seguía arreglada como hombre, pese a todo tan precavida para no terminar en problemas.

Aunque no guardaba tanto la apariencia, miraba todo a su alrededor como una niña pequeña, aplaudía y su porte no era el de un joven sino una frágil doncella.


Al bajar y buscarla se quedó a unos pasos de distancia, Jiang YanLi sonreía de oreja a oreja y sostenía una vara de caramelo la cual tenía forma de mariposa.

Caramelo.

Desde Lanling Jin no había comido ni un solo dulce, fue prisionero de los clanes por un tiempo y después apenas se estaba concentrando en huir, no había tenido el tiempo de robar un puesto en el momento.

—¿Quieres uno? —escuchó entonces girándose sin palabras, Jiang YanLi tenía una sonrisa gentil esperando por su respuesta.


Xue yang no respondió al instante, con molestia desvió la mirada fingiendo no estar interesado, claro que no iba a admitir que quería dulces, nunca tuvo problemas de pedirlos en Lanling Jin como sus condiciones, pero en su vida le iba a pedir que le comprara...

—Me da otra con la forma de ave. —pidió Jiang YanLi amablemente mientras volvía a sacar su dinero, el hombre asintió feliz y se la ofreció a Jiang YanLi.

MDZS-Un Camino NuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora