Harry se encontró depositado de espaldas, en un suelo de piedra casi igual al que acababa de dejar. A su lado, podía oír a Draco moviéndose, y apenas se había puesto de rodillas cuando se encontró mirando de nuevo la punta de la varita de Draco. El otro chico lo miraba con frialdad, blandiendo su varita hacia él como si mantuviera a raya a un animal peligroso.
Una rápida mirada a su alrededor le dijo a Harry que estaban solos en la mazmorra. A su lado, una celda vacía esperaba, con la puerta abierta y una llave en la cerradura. El único sonido era el eco del agua que goteaba en algún rincón oscuro del pasillo. En la momentánea privacidad, Harry se permitió un suspiro y unos segundos para respirar.
Se volvió hacia Draco, dejando que una multitud de pensamientos se arremolinaran en su mente. ¿Qué demonios acababa de pasar allí? Extraño, eléctrico; lo había inundado como un torrente de agua helada, poniéndolo en alerta y despierto, haciendo que su cuerpo hormigueara y su respiración se entrecortara, y estaba seguro de que Draco había sentido lo mismo. Lo había visto en la mirada de pura sorpresa que se dibujó claramente en el rostro de Malfoy cuando se miraron.
Sin embargo, ahora no había ninguna señal de ello en el comportamiento de su captor. Casi podía engañarse pensando que sólo había sido una ilusión, pero su instinto le decía que sabía que no era así. Sabía que había sido real, y estaba seguro de que Malfoy también lo sabía.
Acomodándose sobre sus talones, dijo con engañosa despreocupación: -Me pregunto dónde estará la fiesta-.
-Cállate, Potter-. La voz de Draco había retomado su habitual tono frío, para sorpresa de Harry. No es que debiera haber esperado algo diferente, pero...
Draco hizo un gesto terso con su varita hacia la celda. -Levántate. De pie. Y nada de movimientos rápidos. Estaría encantado de aturdirte y meterte ahí yo mismo-. No había duda de que la advertencia era real.
Harry enarcó una ceja inquisitiva mientras se ponía en pie, sin apartar los ojos de Draco. El Slytherin era un pequeño enigma por derecho propio, decidió Harry. Justo cuando parecía que se había producido un verdadero cambio en la persona que Harry siempre había conocido como Malfoy, había llegado su padre, y todos los patrones de comportamiento entrenados con precisión habían vuelto a su sitio.
Bueno, quizás no todo. El Malfoy que Harry conocía siempre había parecido auténtico, nunca había parecido una actuación hasta ahora. Y probablemente había sido bastante auténtico hasta ese momento, pero aparentemente las semillas de la duda habían sido sembradas. Malfoy ni siquiera mantenía a sus amigos cerca. Pero si la corazonada de Harry era correcta, acababa de dejar que su enemigo se acercara. Probablemente demasiado cerca. Por debajo de la piel, cerca.
La mirada de Draco cuando sus manos se habían tocado había demostrado sin lugar a dudas lo que era exactamente una actuación y lo que era real. En ese instante, los ojos de Draco le habían traicionado.
-Malfoy...?-
-¡No te he dado permiso para hablar!-, gruñó. -¡Sólo entra en la maldita celda! ¡AHORA!-.
Punzó hacia Harry con su varita, como si quisiera subrayar su orden con más fuerza, pero en realidad era un movimiento nervioso, diseñado para cubrir el miedo que parecía estar tirando de sus cuerdas vocales.
Draco no podía permitirse el lujo de considerar las emociones y los pensamientos que se agitaban en su mente en ese momento. Intentaba desesperadamente enterrarlos bajo la situación mucho más inmediata. Es cierto que la habitación estaba vacía, salvo por ellos, pero en lugar de tranquilizar a Draco, eso había encendido cada uno de los nervios cuidadosamente entrenados que poseía con alerta y precaución. No podía estar seguro, pero sospechaba que podría estar bajo vigilancia.
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ECLIPSE
Fanfiction"Estás muerto, Potter... voy a hacerte pagar..." Draco juró vengarse de Harry por el encarcelamiento de Lucius, y Harry casi se rió de él. Pero Draco está planeando más que bromas en el patio de la escuela esta vez. La vieja rivalidad se vuelve mort...