Capítulo 12: Mountains and Valleys

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El sol estaba en lo alto, proyectando un tono verde pardo a través de los árboles. La sombra podía parecer fresca, pero ofrecía poca protección contra el calor del mediodía. El espeso follaje bajo el dosel parecía haber detenido todo rastro de brisa. El aire cálido y húmedo se pegaba a la piel, y la salida del valle era más empinada de lo que parecía. Días calurosos, noches frías y un terreno vicioso. El tiempo y el cansancio habían desgastado hace tiempo la emoción de la huida, y no les había dejado más que la sombría realidad de la situación: aún les quedaba un largo camino por recorrer. Durante dos días, Harry se había intercambiado el liderazgo con Draco, ninguno de los dos quería ser el que tomara la cruel decisión de virar hacia el sur, subiendo por las montañas, ya que el valle se había desviado lentamente hacia el oeste. Finalmente, a la tercera mañana, Harry había hecho la llamada, lo que había permitido a Draco participar en su actividad favorita: quejarse.

Por una vez, Harry sintió a regañadientes que Draco tenía derecho a quejarse. Después de tres días de recorrer el paisaje local sin interrupción, Harry tuvo que admitir que él también se estaba hartando. No es que fuera a decírselo a Draco. Sin embargo, a pesar del propio cansancio de Harry, parecía que Draco lo estaba llevando mucho peor que él.

Harry suspiró profundamente mientras utilizaba los troncos de los árboles jóvenes para subir una pendiente pronunciada, y miró a Draco, cuyo rostro brillaba por el esfuerzo. El tinte verdoso de los árboles no hacía más que empeorar la pobre coloración de Draco, y las ojeras lo hacían parecer físicamente maltratado. Harry sospechaba que, aunque Draco hubiera estado menos fatigado, no le habría resultado fácil escalar una montaña. Realmente no era del tipo de persona que se dedica a las actividades al aire libre. Harry aún sentía las secuelas de su cautiverio, y estaba más que dispuesto a mantener un ritmo lento. Lo cual, en una bendición mixta, le dio a Draco el suficiente viento que le quedaba para hablar. Era bastante bueno hablando, supuso Harry, dependiendo del punto de vista de cada uno. Cuando Draco hubo agotado por fin sus quejas, lo que le llevó casi una hora, volvió a su aparentemente interminable lista de temas al azar.

-Cuando tenía seis años, mi nana me dijo que había anillos de hadas aquí en el norte-.

-¿De verdad?- preguntó Harry automáticamente, sabiendo que Draco iba a explayarse a pesar de todo. Se había convertido en un patrón en los últimos dos días. Draco empezaba con una declaración grandiosa sobre alguna cosa mágica oscura. Harry fingía despreocupación, pero en realidad escuchaba atentamente mientras Draco le revelaba otro fascinante dato sobre el mundo mágico.

Seguramente había mucho que aprender; cosas que iban mucho más allá de los trucos de transfiguración que Harry había memorizado y que eran completamente diferentes del mundo de libros y pergaminos de Hermione. Había toda una profundidad del mundo mágico que Harry no se había dado cuenta de que existía. Se trataba de ver todo en términos de magia primero, y de físico después; algo que Harry aún no había comprendido del todo, incluso después de más de cinco años en el mundo mágico. La perspectiva era fascinante, y Harry se encontró deseando haber sido criado así, para entender las cosas de una manera que ahora sabía que nunca comprendería del todo. Casi podía entender por qué algunas personas querían desesperadamente asegurarse de que todos los magos y brujas fueran criados por magos y brujas, y el deseo de mantener alejadas las influencias muggles.

Casi.

Al menos, ahora podía escuchar a Draco y tratar de aprender lo que pudiera. Además, hablar parecía hacer que Draco siguiera adelante.

-Bueno, realmente me lo dijo, pero siempre me imaginé que Matilda era sólo una vieja murciélago. Le gustaba contar historias-, explicó Draco mientras se agachaba bajo una rama. -A las hadas les gustan los climas más cálidos que este, y nunca he oído hablar de un avistamiento fiable de un verdadero anillo de hadas. De ahí el término "cuentos de hadas", en mi opinión-.

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