10. Luna llena

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Las horas pasaban, el ruido del reloj era algo que, sorprendentemente, tenía sin cuidado a los lobos que estaban en la cama. Se habían cansado de corretear alrededor de esta, habían continuado en su forma animal porque necesitaban decirse tantas cosas como les fuera posible sin dejar que le escuchasen.

_El presidente tiene sus ojos en nosotros.

_ ¿En serio? Pero si es un Beta, no entiendo por que debería.

_Porque ha tratado con Alfas toda su vida, puedo creer que sabe como dominarlos a esta altura.

_Es el sujeto más corrupto que conozco.

El lobo blanco gruño, pero una pata negra y pesada se posó en su hocico, medio jugando y medio para que se callara porque el animal quería tranquilidad. El Omega era alguien juguetón, era un pequeño lobito que no se podía quedar quiero.

Bueno, no era pequeño, pero al lado del Alfa, parecía minúsculo.

_Repíteme de nuevo el plan.- le habló Jungkook a través del lazo.

_Cuando sea luna llena, vas a marcarme.- dijo, y si fuera humano se hubiese sonrojado violentamente.- luego, o cuando encuentres el tiempo, vas a enviar un mensaje al Águila, esperando que nos ayude.

_Luego, deberemos huir, Jimin. Cuando sea el momento.

_ ¿Cómo...como lo haremos?

El lobo desistió de su tranquilidad y comenzó a morder las orejas blancas y peludas que se metían en su camino. El Omega le ladró en la cara, mientras movía la cola.

_Esperaremos una señal, algo, que nos diga que la ayuda está aquí.

_Tu dijiste que... íbamos a mostrarle al mundo, de lo que somos capaces de hacer.

_Voy a iniciar la cámara del teléfono, rogando que el idiota de Chanyeol se haya asegurado de que tengamos internet.

_ ¿Chanyeol? ¿El rubio que clavó una maldita daga en mi mano?

_Lo sé. Pero es la única forma que tenemos.

_Está bien. Si todo sale como lo planeado, lo perdonaré.

El lobo medio gruñó, y Jungkook también lo había hecho por el lazo.

_ ¿Es en serio?

_No.- rio Jimin, y el animal se lanzó a darle caza. En aquel momento, aun no podían sentir los nervios en su piel pero sabían que muy pronto aparecerían. Mientras más se acercase el momento, mas intranquilos iban a encontrarse. Salieron de la habitación, correteando por la sala. Subieron al sofá, seguramente dejándolo lleno de pelos y comenzaron a morder las almohadas. Se sentía bien destrozar las cosas que en aquel sitio les daban.

Fue entonces, cuando una alarma sonó. No era demasiado fuerte, pero cuando los dos pares de orejas se levantaron, y ambos vieron hacia el lugar de donde provenía el sonido, se asombraron.

El lobo blanco se bajó del lugar y corrió hacia la pared, colocándose a dos patas y ladrándole al enorme reloj que no paraba de hacer ruido.

De repten, unas manos y brazos pasaron por debajo de su cuerpo y lo alzaron como si fuera un cachorrito. Era pesado, y lleno de pelos que hacían cosquillas al torso desnudo de Jungkook pero no le importó. Él estaba feliz. El Alfa saltaba de felicidad dentro de su pecho mientras la cola del Omega se movía rápida de un lado otro.

El peligro comenzó a girar con su Omega en brazos, riendo y cayendo al suelo cuando un humano se hizo ver. El cambio de peso lo hizo desequilibrarse.

A mordidas | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora