Viviendo con el enemigo.
Seis años después...
La muerte de mi padre fue algo que jamás pude olvidar y aún por más que ha pasado tanto tiempo aún siento sus abrazos cálidos impregnados en mi piel. Fueron dos años los cuales fueron una completa tortura y aún más cuando mi madre conoció a un hombre que jamás le iba a llegar a los pies a mi padre, aún por más que quisiera ser el papel del hombre perfecto no le creí.
Dos año después que mi madre conoció a este hombre se casaron, tenía once años cuando vi a mi madre entrando al altar y aceptando ser la esposa de alguien que no era mi padre, y no, no es que sea egoísta lo único que yo quisiera para mi madre es que sea feliz con alguien que la amara de verdad y este hombre estaba lejos de estarlo. Aunque se viera feliz esperando con su traje negro y con sus ojos brillosos no me convencía y quizás era porque jamás iba aceptar que él fuera mi padrastro.
Se unieron en matrimonio y con eso nos hundieron a mi hermana y a mí con ellos.
Madre duro un año más trabajando en el hospital hasta que renunció por órdenes de mi padrastro y mi madre no refutó, aceptó como toda una esposa que obedece las órdenes de su esposo y con miedos Xiomi y yo nos fuimos a vivir a casa de un extraño dejando el calor de hogar donde habíamos nacido.
Thomas Jones, es el mismísimo hijo de la gran puta que siempre odiare, a él y todos los suyos porque así como esta este mal nacido hay más o peor que él.
Madrugadas donde lloré y desgarre mi garganta para que detuviera sus abusos, donde miraba a mis lados buscando algo con que defenderme pero no encontraba nada, donde si le alzaba la mano me golpeaba bruscamente. Lo peor era que, no podía abrir la boca pues Inglaterra estaba a sus pies, era un maldito mafioso donde la justicia pasaba siendo de la vista gorda.
Muchas veces le lloraba a mi madre para que me creyera que no era el hombre bueno que ella pensaba pero ella solo decía que era malcriadeses de mi parte.
Thomas, llenaba a mi madre de lujos y viajes todo lo que ella pidiera él se lo daba con los ojos cerrados y cuando mi madre salía por esa puerta las pesadillas comenzaban.
—¡No, por favor, no!— gritaba una y otra vez —¡Para, no hagas esto!
Desgarraba mi garganta pidiendo auxilio pero nadie iba a decir nada, nadie se iba a meter, era su feje el que me violaba en las noches cuando llegaba de sus negocios. Sus empleadas lloraban en silencio por la ira de no poder defenderme, solo era una niña y la última que intentó interponerse le mataron a su familia y luego a ella.
Thomas, era un maldito enfermo el cual disfrutaba ver llorar a sus víctimas y luego pasar su lengua por mis mejillas para secarlas.
— Puedo detenerme y violar a tu hermanita— susurró en mi oído.
Su voz tan siniestra que daban ganas de vomitar me recordaba que ya no era feliz, que ahora vivía en un círculo enfermizo el cual pensé que jamás iba a poder salir.
Yo negué tragandome las ganas de llorar porque no quería que Xiomi pasara por lo que yo pasaba y esa era las amenazas de siempre pero esta vez ella vio desde mi clóset lo que estaba pasando.
— Escondete allí— le había señalado a Xiomi el clóset ya que había escuchado los pasos de Thomas por la casa y a ella no la daría tiempo de salir sin ser resivida con golpes por parte de él.
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Después del Dolor[En Pausa]
AksiSer abusada por su padrastro hizo que los demonios dormidos de su interior renaciera. Hanna Collins, una niña de tan solo 15 años vivió el infiernos de vivir en una casa con unos de los Narcos más poderosos de Inglaterra. Luego de arder en llamas y...