-El comienzo-

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-"Y cuando pensé en rendirme, me di cuenta que el estaba aquí."-

Capítulo 1
-Caía la noche y yo regresaba a casa después de un largo dia de trabajo, estaba lloviendo muy fuerte, no podía creer que me estubiera esperando en la parada del autobús, todo empapado, bajo la lluvia y claro está le solté una rabieta.
-Lo miré desafiante y con voz fuerte le hable. -Alberto, ¿que te pedí hoy en la mañana?, sabes que estuviste enfermo la semana pasada y ¡¡aquí estás!!, No tienes límites, no piensas en mí ¿Sabes que estoy cansada de todo esto?.

-Al instante él me miró con sus dulces ojos, abrió la puerta de casa y me dijo -siempre aunque te enojes  conmigo yo te esperaré.

Eso hizo que mi corazón se me estrujara, sin más comentario, el me ayudo a cambiarme mis ropas mojadas y alistó la cena, estábamos pasando una crisis económica muy fuerte, el había sido despedido hace rato ya, de la fábrica donde laboraba y le habían dado su "finiquito", no era nada, pero ella su mujer, su Dulce, había dicho que todo se arreglaría, ¡bah!, A quien queria engañar, si la situación del pais estaba en crisis...

Así que ella se armó de valor, le habló con fuerza, él no se esperaba verla así, enfurecida, ella enfatizó, señalándolo, tienes que ayudarme salir a buscar algo, sinceramente siento que ya no puedo, esto es demasiado, me esta sobrepasando esta situación.

Él  inmediatamente contestó en tono suave.  -Dulce ¿creés qué no lo he intentado?, ¿tu piensas que yo no he buscado trabajo? A los lugares dónde voy dicen llamarme y no lo hacen, no me dan trabajo he visto un par y están mal pagados -¿Sabes?- estoy a nada de hacer algo por mi parte hacer un negocio, vender dulces, ¡¡Qué se yo!!, Dulce, algo si me queda claro de esta situación, yo no quiero ser una carga para ti.

Ella lo abrazó y le dio varios besos y le dijó ¡¡Perdóname!!, por lo qué te acabo de decir, estoy realmente muy cansada y lo sabes estoy en medio de los eventos de fin de año, el festival de la belleza, encima los de la tienda me están presionando para las ventas; tan solo hoy un cliente se quiso propasar conmigo, fui a quejarme con el gerente y lo típico ¿ya sabes? me dijo mi jefe que tragara y masticara ya que el cliente en la tienda siempre tiene la razón.

-Alberto con la rabia en sus ojos, pero fingiendo estar tranquilo le dijó: tranquila nena, vamos a dormir mañana será otro día y quizás con un golpe de suerte...

Y así fue, ese día lo llamaron uno donde supuestos entrevistadores le habían llamado para ofrecerle trabajar en una casa, ayudando a una viejita, y sirviendole de acompañante, al entrevistarse con su nueva jefa, él se sorprendió de la edad de aquella hermosa señora.

(Continuará)

Amor InfielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora