-" Discusiones"-

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-"Y cuando pensé en rendirme, me di cuenta que el estaba aquí."-

Capítulo 12
-Su hija continuó con su voz chillona si tanto te ama tu amante, que te lleve con él y que te mantenga, que sepa lo que es bueno, que vea que ni todo lo que brilla en ti, es oro.

La señora Eloisa, con toda su clase, aún con sus lindos ojos verdes arrasados en lágrimas y  aún así destilando elegancia, abrió la puerta de su habitación y le contestó: - ¿Acaso sabes quién es él? -¿No, verdad?, pues yo te voy a aclarar tus dudas, este muchachito que ves tu aquí es el Esposo de Dulce, nuestra cosmeatra, y si tanto lo dudas, ve ahorita mismo a la tienda, ¡anda! corre a preguntarle, ve al centro comercial, preguntale tu misma, y se puso a llorar y les gritó -¡Yo ya no aguanto estar mas sola, no aguanto más!, Soy una mujer que necesita saciar sus deseos.

Ella llegó  un momento en que se mordia las manos, me dolía  el alma, no podía verla así, sus hijas estaban dañandola hasta el extremo.

Su hija la mas alta estilizada y operadisima, le dijó... -Tú, te lo ganaste, si tan solo hubieras tratado bien a mi padre, no estarías sola, estás sembrando lo que cosechaste.

-¡Basta Sarah! Deja de juzgarme de señalarme tú  no tienes ningún derecho, le gritó siempre vas a recriminarme, nunca pensé que al dejarlo solo y regresar a casa en él trayecto iba a morir, también sabes por qué no iba al hospital, ¿Por qué siempre me torturas con eso?.

Sarah su hija, le mencionó, siempre lo trataste mal, te acostabas con sus amigos.

en ese instante la Señora Eloísa, se tocó el pecho y empezó a sentirse mal, tuve que meterme en el medio y pedí que se retiraran del lugar, la vi demasiado mal, además tenía sentimientos encontrados, la miré llorar ella me pidió acompañarla a sus aposentos, yo le di sus medicamentos, me dio la orden de retirarme, que mañana me veía, pero me quedé afuera de su habitación resguardandola, espere que se tranquilizara, sus hijas al ver que se sentía mal, o que habían logrado su objetivo se retiraron de la residencia, si la habían dejado maltrecha.

Cuando baje a la cocina pude escuchar cuchicheos y chismes y risas y burlas, si me dio rabia, pero decidí  seguir escuchando detrás de la puerta -Merecido lo tiene la señora, además ese muchachito vino a aprovecharse de ella, Por ella corrieron a mí Domingo.

Así que cuando me canse de escuchar ese parloteo interrumpí en la cocin,a me senté ese trío de urracas, se callaron en el acto, les dije que saldría a hacer unas cosas, y pedí las llaves de la casa, quería hacer unas copias, la verdad para ser sinceros no quería ya pedirle nada a esas viejas chismosas, aprovechando mi salida, fui a hacer unas diligencias, mi prioridad ahora era cuidarla a ella pasará  lo que pasará.

En ese momento me olvidé de mi mujer, y que estaba teniendo su propia batalla.

(continuará)

Amor InfielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora