Pocas personas nacen con la habilidad de ver su hilo rojo, sin embargo, deben esperar a cierta edad para hacerlo.
Soobin se encuentra en aquel limitado grupo y su emoción es grande ya que está completamente seguro de que su hilo lo llevará hasta Beo...
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En ocasiones Soobin le asustaba.
A Taehyun realmente le resultaba difícil entender lo que ocurría en la mente de su amigo y el hecho de que le pidiera distraer a Beomgyu era sin duda la prueba de que algo no estaba bien.
Se sintió preocupado, especialmente porque aún pensaba en la discusión con Kai y se decía así mismo que era un pésimo amigo con el menor porque ahí estaba otra vez, haciendo caso a Soobin.
Beomgyu cruzó las puertas del gimnasio como de costumbre, le regaló una bonita sonrisa y por un instante, se sintió incapaz de pensar correctamente.
-Taehyun, llegaste temprano. -le felicitó Beomgyu riendo ligeramente, la impuntualidad del rubio no era exclusiva para sus clases.
- Cierra la boca, Choi. -se quejó mientras ordenaba algunos de los balones en el lugar, el más alto estuvo por decir algo, sin embargo, las voces escandalosas acercándose hicieron a Taehyun entrar en pánico.
Era Kai, por supuesto, reconocería sus peculiares gritos en cualquier lado, parecía querer escapar de alguien, para ser exactos, ese alguien era Yeonjun. Beomgyu no dudó en dirigirse a la salida, parecía preocupado por lo que ocurría ahí afuera, en especial cuando la voz de Soobin se sumó al escándalo.
Y Taehyun no tenía idea de que hacer para detenerlo.
O tal vez si...
-¡Beomgyu, espera! -el chico detuvo sus pasos no por el llamado de Kang, sino por el fuerte golpe del balón que recibió en la cabeza.
El ruido de su caída fue estrepitoso, lo suficiente para que los tres idiotas entraran al gimnasio asustados por este mismo.
-¿De todas las cosas que pudiste hacer para distraerlo tenias que golpearlo? -le reclamó Soobin mientras se agachaba para ver a su novio noqueado en el suelo.
-¿Esta muerto? -Yeonjun cuestionó preocupado mientras sostenía a Kai de la cintura y con su otra mano le tapaba la boca, el menor intentaba soltarse de manera inútil.
-Oh dios, Taehyun, ¡me dejaste viudo!, ¡me voy a morir virgen por tu culpa! -le reclamó el más alto del grupo comenzando a llorar mientras observaba a Beomgyu.
-¿Eso es lo que te preocupa ahora, imbécil? -le regañó Yeonjun- Joder, ¡que asco, Huening! -se quejó el rubio, debido a que el chico había lamido su mano.
-Me estaba quedando sin aire, hyung -se excusó el menor dejando de moverse al fin, pero de todos modos, Yeonjun aún lo mantenía atrapado entre sus brazos.
-No puede ser, Taehyun, dejaste huérfano a nuestro perro. -Soobin seguía llorando, como siempre, siendo un exagerado, lo más probable era que Beomgyu despertara pronto.
De cualquier modo, Taehyun se sentía culpable y viendo a los tres inestables mentales ahí, ya entendía el porque Soobin le había pedido distraer a su novio.
-No te vas a quedar viudo, tarado, me quedaré aquí con Beomgyu hasta que despierte, así que ustedes traten de controlar a Kai.
-Deberíamos llevarlo a la enfermería. -Yeonjun soltó a Kai, acercándose también a Beomgyu, se veía bastante preocupado mientras acariciaba con ternura el rostro del chico.
Por alguna razón desconocida, Taehyun se sintió incómodo ante tal escena.
-No fue un golpe tan grave, va a despertar pronto así que mejor saquen a Huening de aquí si no quieren que Beomgyu sepa lo que hay entre ustedes. -se quejó mientras apartaba la mano del rubio, este frunció el ceño, pero no dijo nada más.
- Huening, hablemos con calma en otro sitio - sintiéndose culpable por el golpe que Beomgyu había recibido, Kai se mostró de acuerdo a la sugerencia de Yeonjun diciendo que le esperaría en la biblioteca de la universidad.
Soobin aún continuaba llorando mientras repetía que se había quedado sin novio por ser un mal amigo, así que Yeonjun no tuvo más alternativa que cargarlo sobre su hombro como si fuese un saco, mientras el más alto se quejaba exigiendo quedarse junto a Beomgyu.
Taehyun suspiró aliviado cuando Yeonjun logró llevárselo, así que se acercó más al pelinegro, se sentó en el suelo y cuidadosamente colocó la cabeza del chico sobre su regazo.
Kang no era tan cercano al novio de su mejor amigo, en realidad solo habían hablado un par de veces y en ocasiones le observaba jugar porque acompañaba a Soobin a los partidos, nunca habían estado tan cerca hasta el momento en que había aceptado ser ayudante en el equipo y desde ese día, tenía un extraño sentimiento, era inexplicable pero cuando el pelinegro le sonreía, era como si el resto del mundo desapareciera, como si una conexión se formara entre ambos.
