Pocas personas nacen con la habilidad de ver su hilo rojo, sin embargo, deben esperar a cierta edad para hacerlo.
Soobin se encuentra en aquel limitado grupo y su emoción es grande ya que está completamente seguro de que su hilo lo llevará hasta Beo...
—Gracias a ti, Tae, fue divertido —el más alto sonrió al notar como los ojos del rubio se iluminaban ante sus palabras.
Beomgyu había aprendido un par de cosas durante la tarde, la primera había sido que Taehyun era un chico reservado, la segunda fue que si lo mirabas a los ojos, estos lograban expresar todas sus emociones.
—Nos vemos mañana, no llegues tarde. —habló refiriéndose al hecho de que Taehyun aún era ayudante en el equipo.
—No me arruines la tarde, Choi —el rubio rodó los ojos, Beomgyu se rió, aunque realmente no le molestaba la impuntualidad de Taehyun, porque cumplía bien su trabajo.
—Bien, cambiemos de tema, ¿podemos hablar de lo que siento? —Beomgyu se acercó a el, tomando sus manos, Taehyun se puso tenso.
Choi no era tonto, sabía bien que aunque Kang lo negara una y mil veces, también sentía algo similar, el simplemente queria saber que significado tenía aquello.
El quería a Soobin, su novio había dicho que ellos estaban unidos por el hilo, ¿entonces por qué Taehyun le daba una sensación tan confusa? Como si hubiese encontrado al fin una pieza faltante en su vida.
—No es correcto, Beomgyu —admitió al fin el menor y aquello fue como una punzada a su corazón.
—Pero se siente bien, Taehyun —sus miradas encontrándose, el pelinegro sabía que el más bajo tenía razón—. Sólo quiero saber que siento por ti, estás haciendo un lío en mi mente.
—¿A caso te has vuelto loco? —la voz del rubio estaba llena de pánico, pero Choi no iba a detenerse.
—Estoy siendo directo, tanto como tú lo eres siempre. —Beomgyu no apartó su mirada de la de Taehyun, haciéndolo sonrojarse y quedarse sin palabras.
—Ya te lo dije, no es correcto, nos vemos mañana —el menor apartó sus manos, sin darle tiempo de decir algo más, entró a su casa y le cerró la puerta en la cara.
A pesar de aquello, Beomgyu sonrió, aún si Taehyun tenía razón y lo que sucedía no era correcto, se sentía jodidamente increíble, quería averiguar el motivo y quería seguir hundiéndose en aquel sentimiento tan mágico y desconocido.
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