Capítulo 13

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Nos quedamos aquí unos días, querían esperar a ver si llegaban sus hijas, o alguien...

Éramos más y la comida se nos empezaba a agotar, pronto deberíamos salir a buscar más, estos días habían sido muy buenos con Caleb, dormíamos juntos con Clarisa, eran ellos quienes me mantenían con esperanza.

Era inevitable, tuvimos que salir en busca de comida, Caleb y Clarisa se quedaron, yo salí con Meghan, David y Jane, no fuimos muy lejos pero estábamos más adentro de la ciudad, no veíamos tantos errantes, me preocupaba eso.

Entramos a un Walmart todo estaba muy tranquilo, era un poco sospechoso, llenamos las mochilas, tomamos lo que no estaba casi pudriéndose, estábamos por salir, cuando un grupo bastante grande de errantes nos bloqueó, Meghan y David gritaron que corriéramos y los siguiéramos, eso hicimos, era difícil pasar entre ellos, mataba a los que podía, los que se acercaban más a mi.

Salimos y subimos al auto, Meghan y David se vieron, estaban llenos de sangre, faltaba poco para llegar a la casa cuando se detuvo el auto.

-¿Qué pasa?-pregunté
-Tomen nuestras mochilas, el auto, y váyanse- respondió David
-Papá...no, no me dejen- Jane los miro, parecía que entendía algo que yo no, tal vez notaron que no entendía, y respondieron a mi duda-Tienen mordidas, por eso sangran tanto, van a morir y convertirse- Carajo, es cierto.

-Por favor, Liz, llévate a Jane- asentí con la cabeza bajando del auto para pasar al asiento del conductor, Meghan y David dejaron sus mochilas atrás, se despidieron de Jane, ella lloraba tanto, no supe como despedirme, solo les di un abrazo, habían sido muy buenos conmigo, no merecían morir, y menos de esa forma.

Jane lo entendió perfecto, subió conmigo, arranque el auto, se escucharon 2 disparos, solo eso, decidieron acabar así.

Llegamos a la casa, Jane estaba más tranquila, pidió estar sola un rato, Caleb y yo hablamos, le conté lo sucedido, no pude evitar llorar, había sido horrible eso.

Pasaron ya 5 días, Jane no había tenido ganas de nada, entiendo su dolor, me alegra estar con ella para apoyarla, accedió a que nos fuéramos de ahí en un par de días, lo mejor era salir de la ciudad.

Partimos sin dirección de nuevo, esta vez marqué los nombres de Meghan y David solamente, en su memoria.
Nos quedaba gasolina para unos días, pero no duraría demasiado, empezábamos a perder la esperanza en encontrar a los demás.

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