El nuevo mundo

Capítulo 15

El camino fue muy silencioso, no quería que Caleb preguntara nada, solo no quería hablar, ya no estábamos muy lejos de llegar donde estuve la primera noche, esa casita de árbol, ubicaba muy bien, le pedí a Caleb que parara, me adentre un poco en el camino hasta llegar ahí, subí, todo estaba tal y como lo deje, realmente dimos muchas vueltas esa semana con Clarisa, de haberme ubicado mejor solo hubiese seguido la carretera.

Pasaron un par de horas más, ya alcanzaba a ver a lo lejos los grandes edificios de la ciudad, no faltaba mucho.

Dejamos el auto antes, y caminamos adentrándonos más a la ciudad, no veíamos tantos errantes, pero si se nos cruzaban unos que otros.

-Liz-

-Dime-

-¿Qué pasó con Ron?, me lo puedes decir-

-Amm, solo puedo decir que trato de tocarme indebidamente, no quiero entrar a detalles-

-¿Qué hizo qué?

-Como lo escuchas, es un pervertido-

-Mierda, no debí confiar en el-

-¿A que te refieres?-

-Hay algo que debo decirte-

Paramos un momento, me miró, tomo mi mano y lo dijo.

-Liz, estoy enamorado de ti- el corazón me latía a mil por hora, no podía ser cierto, es lo que estuve esperando que dijera todo este tiempo. Me acerqué más a él y lo besé, que bien se sentía. - Ron lo sabía, a él le atraías, pero me prometió que no haría nada, lo siento-

-Al menos no está aquí, tranquilo-

El momento no duro lo suficiente, una docena de errantes se acercaban a nosotros.

Nos alejamos y entramos más, llegamos al punto exacto donde nos habíamos separado, no era buena esta calma, podrían salirnos de repente muchos errantes. Así como pasó con David y Meghan aquella lamentable vez.

Decidimos buscar ese edificio que nos describió Helen, ese donde estuvo escondida la primera noche, era grande, al entrar había tantos vidrios rotos, era un hospital, pobres almas que murieron aquí.

El primer piso estaba despejado, al igual que el segundo y el tercero.

No había nada, todo estaba vació, decidí mirar por un gran ventanal que daba a la calle, y pensar que antes se veían a personas caminando.

No me percate que en el edificio de enfrente a la altura de este piso, el tercero, había tantos errantes, eran demasiados, más de los que había visto juntos, muchos vestidos de civiles, otros soldados, y... doctores, como era posible, este era el hospital.

-Liz, debemos irnos-

-¿Qué pasa?-

-El siguiente piso tiene un anexo con el otro edificio-

-Mierda-

Nos dirigimos a la escalera, pero muchos errantes aparecieron, no podríamos matarlos, sería muy peligroso, nos encerramos en una habitación.

-Caleb ¿Qué pretendes?- tomaba mantas, cualquier tela, las iba amarrando.

-Bajaremos por aquí- señaló el ventanal de la habitación

No podía ser posible, los errantes empezaron a empujarse en frente de esta habitación, sus golpeteos en la puerta se escuchaban horribles, y tampoco teníamos la opción de bajar a la calle, empezaban a llegar más, estábamos atrapados

-¡Carajo!-