8. Como las bestias

19 0 0
                                    

Acababa de amanecer y Blice ya se encontraba preparado. Se sentía totalmente convencido de todas las cosas que podrían pasar, puesto que después de haber encontrado a un golem y a un sabueso negro, podría encontrar cualquier otra criatura. Los abuelos habían preparado una mochila con una manta y comida para el camino. Además llevaba una brújula y un mapa dibujado por el abuelo, por cierto, muy bien dibujado y todo los objetos estaban claramente señalados.

- Seguro que podría haber triunfado como artista y ser conocido como el mejor en todo Gharda - pensé.

- Ya ha pasado una hora, vas a tener que marcharte ya sino quieres llegar de noche - Dijo el anciano.

- De acuerdo, allá voy, desearme suerte. Y por favor, cuidar del pequeño Chainz. Hasta luego.

- No te preocupes, lo cuidaremos hasta que llegues. Buen viaje.

Blice abrió la puerta y se marchó. Se le veían los ojos llorosos, debido a que le daba pena dejar a su hermano, pero lo hacia por su bien. Llevando ocho horas caminadas escuchó unas palabras recitadas con soltura pero con mucha firmeza que atracan la mente de las personas atrayéndolas hacia su origen. Este efecto también provocó que se fuera acercando más al ruido. Cada vez más cerca, las notas de instrumentos metálicos de vientos, como los trompetas, y bombos de percusión, se hacían más prominentes.

Ya anocheciendo llegó al nacimiento de la música. No era la Aldea de Los Mineros, era... ¡un momento!.. un CIRCO. Los carteles brillantes llenos de luces murticolores le inspiraban alegría. Veía focos gigantescos que iluminaban una enorme carpa de rayas rojas y blancas que tocaba las nubes. Delante de él, un portón con banderitas y una cabina donde había un señor con un bigote que se asemejada a un muelle.

- ¡Eeeeeeh! - dijo el señor. ¡Eeeeeh!... ¡si tú!... ¡el chaval de la mochila!

- ¿Yo? - pregunté extrañado.

- Si, acercaté. (Blice se acercó a la ventanilla). Seas bienvenido al Circo Nébula, aquí podrás aprovechar el día y disfrutar de un maravilloso espectáculo nocturno. ¿Quiéres una entrada?

- No tengo dinero, y además tengo prisa.

- ¡Qué prisa y qué prisa! (Refunfuñó), seguro que tienes unas monedas o algún artilugio para un trueque.

- No nada. Me tengo que ir, ad... (fue interrumpido).

- Toma una y acéptala, necesitamos gente adentro y estarás como un espectador muy muy muy cercano a la familia del circo.

- Va..va..vale... muchas gracias... (entró por el portal y se adentró entre las luces)

Mientras caminaba veía las cabinas donde se vestían los artistas, jaulas con animales y una pequeña tienda al lado de ellas. Llegando a la entrada de la carpa, abrió la tela y buscó un buen asiento con buena visión de la actuación. No había nadie en la caseta, era como un desierto. Poco a poco sentía que las luces fallaban, hasta que repentinamente, se apagaron. Fue en ese momento cuando notó un pinchazo en la nuca.

GhardaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora