Capítulo 2: AlexT47-A.

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El abogado me llevó en su coche a la mansión de mi viejo. Un buen gesto, la verdad. No me lo esperaba para nada, y más viendo las miradas que le echaba a mi outfit, que, sí, no era la ropa más presentable del mundo, pero tampoco estaba tan mal. Además, creo que lo de la cagada de mi cabeza no se notaba demasiado.

El trayecto fue largo e incómodo. El coche era un Mercedes semi nuevo en bastante buenas condiciones. Además tenía uno de esos ambientadores de pino que dejan un olor tan agradable. Una lástima que mi olor corporal lo neutralizase por completo. El abogado apenas podía disimular su mueca de asco. Le iba a costar quitar esa peste a su bólido. Y finalmente llegamos a la mansión (otra vez). Seguía estando tan imponente como siempre (con como siempre me refiero a una hora y pico atrás). Sin decir palabra, el abogado abre la puerta. Allí se encuentra el agradable conserje de antes, con su expresión amable (a pesar de mis pintas) y su cuerpazo escultural.

"Buenas noches", me dijo el conserje, a lo que no pude contestar con nada más que con un sonrojo. Es que era muy guapo. Además caí en la cuenta de que ya era de noche. No iba a llegar a casa para el streaming nocturno del Poxas, pero a decir verdad no tenía internet como para verlo, así que de perdidos al río.

Entonces el abogado dijo unas palabras que nunca me esperé.

—Bueno, pues este es AlexT47-A.

¿Qué? ¿Que el mayordomo buenorro era el robot que me tenía que pedir matrimonio? Todo esto empezaba a sonar como una comedia romántica cliché de Netflix. No sé, no tengo Netflix.

Miré al conserje-robot. Miré al abogado. Volví a mirar al conserje-robot. Y volví a mirar al abogado, que asentía con la cabeza.

Después de unos momentos de tensión y de asimilar todo lo que estaba pasando, el abogado se acercó a mí, puso una copia de las llaves de la mansión sobre mis manos ante mis ojos, que estaban abiertos como platos por todo lo que me estaba costando vivir, y me dijo unas palabras antes de marcharse.

—Bueno, durante este mes y medio, tendrás que convivir con AlexT47-A y lograr conquistarlo. Podrás utilizar la mansión y todos sus elementos. Tienes una habitación preparada en la primera planta. AlexT47-A te preparará la ducha y la cena. Además de que te preparará la comida todos los días y limpiará la casa. Cualquier cosa que necesites, díselo. La casa cuenta con dos plantas, comedor, cocina, cinco baños con jakuzzi, duchas de hidromasaje, 15 habitaciones, sala de cine, sala de billar, piscina, garaje, jardín, piscina cubierta... Y otras cosas que irás descubriendo—. Y se fue hacia la puerta.

—¡Espere! —exclamé—. ¿Y cómo sabrá usted si me ha pedido matrimonio?

—Ah, porque hay cámaras y grabadoras por toda la casa.

Me quedé a cuadros. O sea, que me acababa de meter en una especie de Gran Hermano con un Robot en el que el premio era una herencia multimillonaria. Genial. Algo de emoción no venía mal en mi monótona vida y además esto sonaba mucho mejor que estudiar el libro de Derecho Procesal Penal. Y sin que pudiera reponerme de todo aquello, el abogado abrió la puerta y se fue. Se fue de verdad. Y ahí me quedé yo con el robot.

El robot. El robot me miraba con esa expresión amable que tanto me gustaba. Me quedé mirándolo un rato. Tenía un mes y medio para colarme en los engranajes de su corazón de hojalata. A pesar de su amabilidad no parecía muy accesible, para eso se trataba de un robot. No pude hacer nada para conquistarlo esa noche, tenía demasiado cansancio en el cuerpo. Además, esa noche había streaming de cuatro horas del Poxas. Y en la mansión había internet. A lo mejor estaba siendo mi día de suerte.

Corazón de HojalataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora