Capítulo 7: Día de piscina.

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A partir de la cita decidí darle un nuevo rumbo a mi vida: pasaría tiempo con Alex, iríamos a sitios, me gastaría el dinero, disfrutaría de la vida y además lucharía por mi objetivo. Y si la cosa no iba bien, en el último momento usaría mi baza final y le ordenaría que me pidiera matrimonio directamente, por si sonaba la flauta. Con este plan en mente llevé a Alex a unos cuantos sitios para que se hiciera a mi presencia y surgieran sus sentimientos hacia mi persona.

No conocía muchos sitios, por eso de no salir de casa normalmente y tal, así que todas las noches dedicaba unos minutos a buscar planes interesantes por internet. Así que hicimos cosas variadas, de todo tipo, como una pareja de enamorados que llevan poco tiempo juntos. Un día fuimos de picnic, otro de restaurante caro (y yo me comí mi plato y el de Alex), otro de paseo romántico por el parque, otro a una terraza de estas pijillas con azotea, otro al teatro, otro a comprarme figuras de Boku no Pico Academia... No parábamos en casa, tanto que no podía disfrutar de las bondades de la mansión.

Alex acabó cansado de tanto trote. ¿Podía un robot cansarse? ¿Se estaba convirtiendo en humano? ¿Eso quería decir que POR FIN iba a tener conciencia y me iba a pedir matrimonio? Me emocioné y se me fue la mente por las nubes. ¿Debería aceptar su proposición? Ahora que lo veía todo tan cercano me entraban los nervios. ¿Qué tipo de indumentaria me debía comprar para la boda? ¿Sería una boda íntima o una boda multitudinaria de esas en las que prácticamente ni los que se casan conocen a los invitados? Claramente, yo no tenía muchas personas conocidas, así que tendría que ser más una boda íntima... Algo así como una boda íntima pero con algunos invitados más, porque a la hora de casarme me gustaría que se pudiera hacer una fiesta en condiciones. Me encargaría de invitar a gente de la Universidad con la que solo hubiera cruzado un par de palabras en todo el curso. Me gustaría una boda temática, pero tendría que pensar el tema. Una boda temática de Boku no Pico Academia quizás sería demasiado, porque habría mucha gente que se negaría a venir a algo así (y no les culpo). Una boda élfica estaría muy vista. ¿Pero qué me dices de una boda robótica? Además vendría que ni pintado.

En fin, que después de tanto divagar me acordé de una cosa. Me había olvidado completamente del hecho de que se podía cargar la batería de Alex. Y, de hecho, había que hacerlo. Después de todo el trote que le había dado día sí día también, probablemente la batería de Alex estaba dando las últimas. Así que decidí tomarme todo el proceso de recargar la batería como una nueva cita que serviría para aprovechar la piscina exterior de la mansión.

Le dije a Alex que fuéramos a tomar el sol a la piscina.

—Como desee.

Tan servicial como siempre. Hacía que se me saltaran los colores. Y eso que con su nivel de batería ni siquiera podía poner expresiones de canallita. Para lo que sí le quedaba batería era para quitarse su elegante ropa de manera sexy. Como si de un striptease se tratase, se quitó la parte de arriba del traje y dejó al descubierto su torso escultural. Ya lo veía todos los días para sacarle del modo stand-by, pero, aun así, siempre era sorprendente.

Fue a tumbarse en una de las tumbonas de las piscinas, con el pantalón de vestir y todo. Le miré raro. ¿Quién toma el sol con un pantalón negro elegante? Parece ser que los robots sí. Pero no me daba la gana, era mi cita de piscina y tenía que ser una cita de piscina como Dios manda.

—Ponte este bañador —le ordené de manera tajante. No quería que me viniera con excusas, porque siempre mucho "como desee", mucho "como desee", pero luego siempre te saltaba con excusas para todo. Que si no puede comer, que si no puede decir planes por sí mismo...

Alex se quedó mirando el bañador como sin saber qué hacer. Lo había sacado de uno de los cajones de la casa, probablemente fuera de mi viejo y le estuviera algo grande, pero era lo que había. Me hubiera gustado más verlo en un boxer sexy y ajustado, pero solamente se trataba del típico bañador de pantalón algo ancho. Como parecía que no se decidía a ponérselo, le repetí la orden.

—Póntelo.

Me mira con una expresión indescifrable. Eso me emocionó un poco, porque eso quería decir que podía ser que tuviera más emociones que la de "buenazo" y la de "canallita".

—Pero... No puedo cambiarme delante de usted. Soy tímido —me respondió.

Me quedé un poco a cuadros, porque en mi cabeza no entraba la posibilidad de que un robot pudiera ser tímido. ¿Estaba de verdad desarrollando una personalidad? La verdad es que tenía sentido lo que decía. Vale que era un robot, pero cambiarse delante de otra persona daba un poco de vergüenza.

—Vale, ve adentro y cámbiate. Y luego vuelve.

—Como desee.

Cuando volvió lo hizo con otro bañador, que sospecho que debía ser uno suyo, porque le quedaba bastante bien. Este sí que era uno de esos boxers ajustados, así que hizo las delicias de mis ojos. También me sorprendió muy gratamente que tuviera iniciativa para buscar un bañador por sí mismo y ponérselo sin que se lo ordenara. La cosa iba viento en popa.

—¿Pero de dónde has sacado ese bañador? —le pregunté.

—Es el bañador que usaba siempre antes de que usted viniera.

Me sonrojé. Aún le quedaban energías para sacar su lado canallita. Creo. Pero lo sorprendente llegó cuando se tumbó en una de las hamacas y sacó a relucir unos hermosos paneles solares de su six pack. Debo reconocer que el rollo cyborg me emocionó bastante y tuve una ligera hemorragia nasal.

—¿Le pasa algo? ¿Necesita un pañuelo? ¿Se encuentra mal? —Se estaba preocupando por mí. Qué mono.

—No me pasa nada, no me pasa nada, tranqui.

Aún seguía con expresión de preocupación en su rostro, pero se quedó tumbado en la hamaca, cargando su batería. Yo me quedé en el sitio, observando, lo que era un poco creepy así visto en distancia, pero qué se le iba a hacer. Además aún tenía que asimilar la nueva expresión de preocupación que Alex había desbloqueado. Estaba avanzando muy rápido. O eso creía. Empecé a echar cuentas. Y es que el tiempo se me había pasado volando, llevaba ya casi un mes en la mansión. Vamos, que no me quedaba nada para el final del juego. O me ponía las pilas o me las tendría que ver con el Plan B. Inconscientemente, me empecé a morder las uñas, en el sitio.

—¿Por qué no se tumba en su hamaca? No se quede ahí... —Alex me incitó a tumbarme. Deje de comerme las uñas, aquello era una muy buena noticia. Era su segunda muestra de iniciativa en todo el día. 

No pude hacer otra cosa que quitarme la ropa de Boku no Pico Academia para mostrar mi bañador de Boku no Pico Academia, que me lo había puesto desde buena mañana esperando el momento de lucirlo.

Pero Alex no me dijo nada. Vaya, yo pensaba que iba a sorprenderse.

Otra cosa que no sabía era que Alex no se podía meter en la piscina porque le podía entrar agua en el sistema y este colapsaría. Ser un robot tiene sus desventajas. Por lo visto tenía que lavarse con desinfectante seco para robots. Bueno, no pasa nada, porque yo no desaproveché la oportunidad de bañarme en la espectacular piscina de la mansión. Ya que se me iba a acabar el tiempo de vivir a todo tren, debía vivir el momento. Tenía tobogán y todo la piscinita.

Y así fue cómo pasé un agradable día de piscina con Alex, que mostró nuevas facetas de su personalidad, porque cada vez estaba más en la certeza de que Alex SÍ que tenía una personalidad. Claramente estaba ocurriendo como en Chobits, el software de Alex estaba expresamente diseñado para desarrollar su personalidad y sus sentimientos a medida que interactuaba conmigo. Menos mal que nací otaku, si no, no sé qué iba a haber hecho.

Corazón de HojalataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora