Durante todo el tiempo que estuve viendo el streaming del Poxas, AlexT47-A me estuvo mirando. Un poquito perturbador, la verdad, pero si lo piensas bien, ¿qué otra cosa puede hacer un robot? Cuando acabó el streaming me preguntó que qué quería para cenar. Le dije que me daba igual y me trajo una tabla de sushis elaboradísimos. Le pregunté que de dónde los había sacado y me dijo que los había hecho él. Me quedé un poco pistacho porque no tardó ni cinco minutos. Realmente los robots son el futuro.
Lo comí pensando que algún truco tenía que tener. No podía estar bueno y ya. Pero sí lo estaba. De hecho lo estaba demasiado. Probablemente era el mejor plato que había comido en mi vida. Una lágrima empezó a asomar por uno de mis ojos. Me la limpié rápidamente para que mi futuro esposo no me viera llorar por algo así. Fue en vano porque resulta que los robots tienen super vista y antes de que me diese cuenta ya me estaba ofreciendo un pañuelo. Es todo un caballero este AlexT47-A, Alex, para abreviar.
Le dije que de ese momento en adelante le iba a llamar Alex, que todo el nombre era demasiado. Asintió con la cabeza.
—Como desee.
Me ruboricé. No todos los días tienes a un robot tan servicial pendiente de ti. Después le dije que no me llamase de usted, que no tenía edad para esas cosas.
Después de cenar me di cuenta de una cosa que ya había olvidado porque mi sentido del olfato ya se había atrofiado: olía mal. Muy mal. Le pregunté a Alex que dónde estaba el baño, que me tenía que duchar. Me dijo que junto a la habitación donde estaba había uno, pero que tenía que preparármelo. Qué robot tan servicial. Obviamente, no me podía negar, esto de las atenciones era algo que solo se vivía una vez en la vida y había que aprovecharlo. Aunque si me casara con el robot duraría para siempre. Porque casarse con un robot no era tan mala idea si te ponías a pensarlo. Además de lo de la herencia multimillonaria, el robot era todo un partidazo. Y un robot no tiene todas las desventajas que tienen las personas de verdad, que no son pocas.
Cuando Alex me avisó de que el baño estaba listo no me esperaba encontrarme allí algo que era poco menos que una terma romana. Sí, el abogado dijo que la casa tenía nosecuantos baños con jakuzzi, pero lo que no sabía yo era que el jakuzzi era una bañera gigante que ocupaba todo el salón de baño, que no era precisamente pequeño. Además había como sales de baño que dejaban un buen olor que me hizo recuperar de forma selectiva el sentido del olfato. No pude hacer otra cosa que quitarme la ropa y zambullirme a la bañera gigante. Armé un poco de escándalo con el agua, la verdad, pero fue por la emoción. Por la emoción también me olvidé de que Alex estaba presente cuando me quité la ropa para lanzarme en plancha al agua. Cuando me di cuenta me enrojecí como un tomate, pero me di cuenta de que la expresión de mi compañero robótico permanecía impasible. No le importaba haberme visto en pelotas, vaya.
No le di más importancia, ya habría más tiempo de conquistarlo. Y no lo haría por mi físico, lo haría por mis encantos, que, aunque no lo parezca, son muchos.
Después del baño relajante pude ver las cosas de otra manera. Salí de la habitación el albornoz porque mi ropa había desaparecido. Me sentó un poco mal, era mi ropa favorita. Cuando vi a Alex se lo dije. Me comentó que había llevado la ropa a lavar, pero que había prendas de sobra en la casa para que pudiera vestirme. Me imaginé que sería ropa de mi viejo y me dio un poco de grima. Lo que me encontré fue totalmente distinto. Un vestidor enorme con ropa de mi talla para todas las ocasiones posibles ocupaba toda una planta. Y la ropa era cara. Muy cara. ¿Por qué estaba toda esta ropa en la mansión? Claramente mi viejo tenía planeado todo esto del robot desde hace tiempo (aunque tiene sentido, porque estaba escrito en su testamento).
Me puse un elegante y cómodo pijama de raso de los que había por allí, después de rechazar la ayuda que Alex me ofreció para vestirme, que ya me parecía demasiado, y le dije al robot que se fuera a dormir o lo que sea que hagan los robots. Me dijo que los robots no duermen, se quedan en stand-by. Un dato interesante. Así que le dije que se pusiera en stand-by. Abandonó el vestidor y allí me quedé. Hice mal, porque no sabía cómo ir a mi habitación.
Con todas las habitaciones que había era difícil encontrar la mía. Solo sabía lo que me dijo el abogado, que tenía una habitación preparada en la primera planta. Con lo de que estaba preparada supuse que tendría algo especial para mí, aunque eso era mucho suponer. Me recorrí toda la primera planta, que no era pequeña, y maldije haberle dicho al robot que se pusiera en stand-by, porque no quería despertarlo de su dulce sueño o lo que fuera aquello. Después de muchas puertas abiertas y cerradas llegué a una elegante habitación con cama con dosel y un agradable olor a flores. Supuse que era la mía porque olía mejor que el resto y tenía como más detallitos. Además, había una especie de libro encima de la cama.
"Manual de instrucciones de AlexT47-A", ponía en su cubierta. Lo miré durante unos segundos. Me daba mucha curiosidad todo aquello y quería saber los secretos del que sería mi futuro marido, pero el sueño me estaba matando. Aun así no pude resistirme a la tentación.
"AlexT47-A, el robot multifunción del futuro. Funciones: robot de cocina, robot de limpieza, jefe del hogar, mayordomo, robot calculadora, acceso a Internet, función de conversación, reproductor de música, robot sexual, robot de jardín, conserje con portero automático incluido, función lavavajillas, audiolibro y función de motocicleta". Aquello era demasiada información para mí. ¿Robot sexual? ¿Función de motocicleta? ¿Qué es esto? Y cada una de sus funciones venía explicada en el manual.
Me dio bastante grima lo de robot sexual, porque probablemente mi viejo lo había utilizado alguna vez, aunque después llegué a la página que explicaba esta función y había un postit de mi viejo. Los sentimientos afloraron, era la primera (y la única) vez que mi viejo se dirigía a mí. En la notita ponía: "No te preocupes, no he usado la función de robot sexual". Me alivió un poco. Ahora ya podía pensar en la noche de bodas.
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Corazón de Hojalata
Humor¿Qué harías si de la noche a la mañana te vieras en una situación extrema? ¿Qué harías si pudieras acceder a una herencia millonaria pero a cambio tuvieras que conquistar el corazón de un robot sin sentimientos? ¿Qué harías si empezaras tú a tener s...