CAPITULO 1
{Laila}
El sol estaba saliendo y los rayos del sol comenzaban a lastimar mis pupilas.
Los gritos de mis padres cubrían mis oídos dándome a entender que un día más de sufrimiento había comenzado.
Usando toda mi fuerza de voluntad me levante de la cama.
Un pajaro entró por mi ventana, se veía bastante tentador..
No Laila basta, es suficiente. Te prometiste no volver a hacerlo.
Mi cabeza era muy contradictoria, me decía que hiciera cosas, luego me pedía que parara asegurando que estaba loca.
La pregunta aquí es ¿A qué lado de mí cabeza le hago caso?
Mientras todas estas ideas seguían revolucionando mi cabeza, el pajaro seguía sin irse.
Lo mire como si tuviera alguna clase de telepatía rogando por que se fuera, quería que huyera de mi, pero no lo hacía y eso me estaba haciendo enojar.
Más de lo que llegue a imaginar..
-Largate de aquí- le grite aventandole mi cepillo de cabello.
En ese momento mi cabeza se imagino una escena muy cómica donde el pajaro me gritaba <~estúpida, mi cabello idiota~>
Pero rápidamente esa idea de esfumó de mi cabeza al ver al pajaro caer dentro de mí habitación.
Esta muerto- pensé. En ese momento el pobre y apatitoso pajaro comenzó a aletear brevemente sus alas dándome a entender que seguía con vida.
-Solo será un pequeño golpe- me dije a mi misma.
Habían 2 opciones, lo dejaba morir o lo curaba. La segunda no era válida ya que nunca había curado a un pajaro y sería un desastre intentarlo.
Tomé nuevamente el cepillo que seguía sobre él y volví a dar un segundo golpe, esta vez siendo certero. La sangre salpico mi rostro y supe que el trabajo estaba hecho. Junte mi cepillo y lo lleve al bote de basura, por mas loca que estuviera no pensaba volverlo a usar.
Volví a mi cuarto y con cuidado tomé al pajaro en mis manos, siendo silenciosa y sin llamar mucho la atención salí de mi casa y me fui a escabullirme fuera, me aleje un poco de mi casa y llegué a mi Vitrina de cristal, que era como yo la llamaba para que sonara menos melancólico.
La había llamado así ya que era como verme en un espejo. Una muñeca atrapada en su Vitrina de cristal de la que solo saldría muerta.
La muñeca a la que todos denominaban "perfecta" era la muñequita que todos querían tener pero solo tenían la suerte de contemplar.
Ya que así me creyeran una muñeca, yo no era el juguete de nadie y nunca más volvería a serlo
-así es, dije "volvería"-Mi Vitrina estaba oculta debajo de un puente, nadie se acercaba ya que era denominado como "el puente del horror".
-Lugar perfecto para ocultar pájaros muertos- pensé.
El puente estaba sobre un pequeño lago, una parte de él sobresalía enterrandose en el pasto. Por lo que era el lugar perfecto para mis travesuras.
-Solo soy una niña buena jugando- me dije a mi misma con una sonrisa de oreja a oreja.
Tomé al pajaro en mis manos después de abrir nuevamente mi pozo de travesuras, lo oculte ahí junto a mis demás preciadas posesiones.
Sacudi mis manos y arregle un poco mi pijama para disimuladamente volver a mi casa con cara de niña buena.
Entré y como lo sospeche mis papás seguían discutiendo, estaban tan entretenidos en su amena platica que ni siquiera notaron mi breve ausencia.
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La Sangre De Laila
Mystery / ThrillerEstaba frente al cuerpo sin vida y mi cabeza no dejaba de revolotear ideas. El chico a mi lado veía la sangre en sus manos como si fuera la jalea más deliciosa -Así que esta es la clase de placer de la que tanto hablablas Moore - el chico no paraba...