10. Lago De Los Suspiros

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CAPÍTULO 10.

{Laila}

Salí corriendo de aquella casa, quería ir a mi Vitrina pero antes haría una parada. Me dirigí hacia mi ex casa, necesitaba saber que era eso que mi familia tanto se negaba a contarme.

A cada paso que daba mi pulso se aceleraba más y más.

Por fin llegué a el lugar donde las 4 secciones se unían.

Mi respiración se vino abajo.

La casa estaba quemada, lo que en algún momento fue mi hogar, en este preciso instante no era más que cenizas, el lugar donde viví tantos buenos y malos momentos ya no existía más.

La casa <<o lo que quedaba de ella>>estaba rodeada por cadáveres calcinados, el que sea que hizo esto sabia bien lo que hacía y a lo que se enfrentaba. Me dolió saber que personas inocentes pagaron por algo que no les correspondía, admito que me sentí culpable. Una de esas personas debí de ser yo...

Había sangre por todas partes. Cabezas, manos y más extremidades rodaban por la casa, era más morgue que casa.

Necesitaba hacer algo y rápido.

Cómo por arte de magia un conejo se cruzó en mi camino,un bendito conejo. ¿Satan estas ahí? ¿A caso esta es tu señal? Decidí tomarla como tal para que la cacería regresará.

Sujete mi navaja con fuerzas, me acerque lentamente al animal y cuando estuve lo suficientemente cerca lo tome del cuerpo y comencé a cortar sin piedad su cabeza. Tenia sangre en mis manos, finalmente la tenía.

Corte con detenimiento cada parte del animal, despelleje su piel y finalmente volví a mi Vitrina con una sonrisa en los labios y lágrimas en los ojos.

A mi no me gustaba hacer lo que hacía, pero no tenía opción, ya era parte de mí. El me volvió así, quiso volverme vulnerable, pero al final solo logró abrirme los ojos. Su mierda me volvió más fuerte.

Santiago fue mi peor pesadilla y mi despertar.

El tiempo que me tuvo encerrada en esa estúpida cárcel me volvió la persona más sádica de este mundo, pero ni la persona más sádica desea sufrir, por mas irónico que parezca.

No podía volver a la casa cubierta de sangre, así que fui a recorrer la sección verde. Llegué a un lago azul hermoso, ese lago era resplandeciente. Le llamaban el lago de los suspiros, no creo que sea necesario explicar por que.

Me desnude y retire cada prenda que se ajustaba a mi piel. Como dicen las señoras “estoy como dios me trajo al mundo” aunque creo que en mi caso más bien me trajo satanás.

Siendo muy precavida y cuidadosa de que nadie me viera me aproxime al lago hasta que mi cuerpo desnudo quedo cubierto.

Fuck, el agua se sentía tan bien.

Me removi en el agua como un tiburón hambriento buscando a su presa, nade como nunca lo había hecho, hasta hice la pose del muertito sin importarme que alguien me viera.

Era feliz en el agua.

Después de pasar mucho tiempo sumergida me decidí a salir para volver a casa. Me aproxime a la orilla para recoger mis cosas, una vez que estaba afuera estaba lista para vestirme pero unos pasos entre las plantas me detuvieron.

—Moore—susurro Scott saliendo de entre los arbustos, sus ojos estaban haciendo competencia por salirse de entre sus párpados, se veía sorprendido de verme ahí.

—Mierda Scott.. ¿Qué me ves? ¡Volteate carajo!

—S..i..yo..lo siento—dijo dándome la espalda tal como se lo pedí.

La Sangre De LailaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora