XI/ 1

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Un pequeño incidente

Salimos del pequeño cuarto, seguido de esto Nathan corre hacia la piscina dando un clavado, emprendo a dar saltitos corriendo hasta llegar a la orilla, y me siento en la misma. Nathan sale del agua y me dice: vamos venimos para divertirnos, no creo que estando ahí lo vayas hacer. Al ver que no me muevo se acerca y se apoya de mis rodillas, ladea la cara y dice:

— Vamos ¿sí? Porque siempre eres tan rogada

— Espera estoy mirando el panorama —Ríe y dice — si claro.

— Con quien más jugamos, ¿solo los dos?

— ¿Se supone que quieres jugar a lo que jugábamos cuando éramos pequeños?

— ¡si! — Digo eufórica

— Espérame aquí.

Sale del agua, corre y empieza a buscar chicos que quizás quieran jugar un juego de niños. Este juego es especial, ya que era uno de los que más jugaba con mi hermano, y él lo sabe a la perfección, es por eso que no pone resistencia. Para el año que viene quiero olvidarme de todo, desde la tragedia de mi hermano y todo lo que he tenido que vivir a causa de eso y de mis queridos compañeros —nótese el sarcasmo— y mis padres quienes de una u otra manera me culpan por ello.

— María, Laila. ¿Recuerdas a estos dos hermanos, fueron amigos pasajeros en uno de nuestros viajes?

Me quedo revisando mi memoria de largo plazo y no recuerdo sus caras pero aun así asiento para no hacer sentir mal a nadie.

— Bien, vamos a jugar. Ellos ya saben cómo se juega así que no te preocupes—Me dice Nathan solo para mí. El juego es como un estilo futbol americano, solo que en esta ocasión es todos contra todos.

Me sumerjo en el agua y luego empiezo a caminar.

— No tenemos balón— Digo al notarlo

— Bueno nos tocará ser más estratégicos.

— ¿Con una tapa se puede no? — dice la chica

— Sí me parece bien, oye me recuerdas tu nombre y el tuyo— Le digo a la chica y al chico.

— Soy Angie y él es mi hermano Daniel.

Cuando ya tenemos la tapa en nuestras manos nos disponemos a jugar, no tenemos en cuenta la posibilidad de cambiar de juego, solo empezamos tirando la tapa de una orilla a la otra, de la parte más onda a la orilla, el que tomará la tapa tenía que lanzarla. Nathan lanza la tapa y yo voy en su búsqueda la tomo y salgo de la piscina, me giro para lanzarla sin mirar, pero cuando esta cae al agua derriba a una chica la cual está sentada en la orilla la tapa le impacta en la cabeza, haciendo que la chica chillara gracias al impacto, Nathan y los otros dos chicos reían a carcajadas mientras que yo buscaba esconderme en la espalda de Nathan. La chica mira hacia todos lados buscando el culpable.

—Laila tienes que pedirle disculpas. — Me dice Nathan. Salgo al frente para darle la cara a la chica y le digo: Lo siento no fue mi intención— ella solo asiente, y sale de la piscina con la frente muy roja.

— Creo que le dejaste un chichón, ahora le van a decir que tiene una pepa en la cabeza.

Ríen todos de la peculiar broma de Nathan, continúa hablando.

— Menos mal que la chica no era de esas que hacen riñas, porque si no ya estarías en una, claro que yo te estaría defendiendo.

— Fue un accidente, no predije que le fuera a caer justo en la frente... Todo por hacerte caso de que la tirara así.

#TA2021 No creeré en el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora