Capítulo 5

56 23 106
                                    

*Deven en multimedia. Muy formal, ¿eh? ¿Pista del capítulo?*

Tras ayudar a la señora Bloom con la limpieza y decoración del vestíbulo y comedor del hotel, insistió en que fuera a mi habitación para cambiarme de ropa. La pulcritud del agua aún no se ha recuperado, dice que mañana vendrá el plomero del pueblo para encontrar una manera de que no entren más ratas por la tubería. Todo esto me llevó a ver mis intentos de baño, frustrados, por lo que solo me coloqué encima uno de mis pocos vestidos: negro con puntitos blancos y de falda ancha hasta por encima de la rodilla. El cabello en un moño alto, y un collar que solía usar mi madre.

Realmente no sé a qué se debe tanta elegancia para lo que podría ser una cena como cualquier otra, pero la señor Bloom insistió con fuerza. Todo luce el doble de ordenado, con mucha más comida que dan la pinta de pronta fiesta. Algo me dice que algunos de los asientos vacíos de la mesa, se van a llenar.

Desde ya en el vestíbulo están los demás inquilinos con copas de vino tinto (es el único que sirven aquí) y la propietaria con más joyas de lo normal. Hasta mi tía se ha vestido elegante, digamos que al mismo tiempo celebra que ha conseguido empleo en una tienda de Reshville. Aún no me he topado con el idiota de Caiden y su sonrisa lujuriosa por más que busco con la mirada una cabellera rubia, ¿por qué rayos me preocupo?

—Heather cielo, ¿puedes decirle al cocinero que agregue otro plato más? —pide la señora Bloom.

—Claro, ¿quiénes serán los invitados, si puedo saber?

—La alcaldesa de Reshville y su esposo. Es una fecha muy importante para nuestro hotel, así que he decidido celebrarla con la presencia de la superioridad del pueblo, al fin y al cabo, el Bloom Hill Hotel pertenece a él.

—Ah, vaya, ¿y por qué en esta conmemoración y no en algún año anterior? Que yo sepa, los aniversarios se celebran cada año.

—Querida —pone una mano en mi hombro y se acerca—, ¿alguna vez has sentido que existe ese día, mes o año donde tendrás más suerte que en cualquier otro? Pues —hace su sonrisa estirada—, presiento que este será un año especial —habla esa parte en susurro, de pronto se aparta para volver a su lado cordial—. ¿Y qué mejor manera de celebrar un año especial con la visita de los superiores de la comunidad?

—Tiene razón, pienso que es una gran idea —actúo como si nada de lo que ha pasado hubiera sido tan turbio—. Iré a hablar con el cocinero.

—Gracias, cielo.

Antes de separarme de esa mujer que me da escalofríos, a su espalda algo o mejor dicho alguien, me pone los pelos aún más de punta. Deven (alias "el loco del ático") acaba de bajar las escaleras en el corredor para acercarse a nosotras. Luce tan diferente con un traje con corbata y el cabello fuera de los ojos, parece un poco más normal, aunque no por completo ya que su palidez reluce y sus ojos dan mala espina. Me quedo petrificada en mi sitio, pero enseguida que lo veo más cerca, parto hacia la cocina.

Entro a la cocina vacía. ¿No se suponía que el cocinero o al menos el chico de los platos estarían aquí haciendo algunas de sus labores? Bueno, quizás hayan tenido la necesidad de ir al baño, por favor, Heather, son personas. No me quedará más que esperar un rato, y cuando me quedo sola y aburrida en algún sitio, me da por pensar, no quiero pensar. De hecho, hay un montón de cosas en lo que tengo que pensar y no me gustan nada. Por ejemplo que voy a tener que lidiar en la cena con la sensación extraña que me produce Deven, ¿acaso de un día a otro ya no está enfermo? Es de noche, entiendo que su piel no vaya a sufrir mucho daño, pero ¿y sus problemas psicológicos? ¿Exponerlo a un escenario repleto de utensilios de cocina?

The HotelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora