En este libro encontrarás las notas del primer libro publicado por Big Hit Ent. como parte del material clasificado como del "BTS Universe"
La traducción es hecha por mi del pdf "BTS - The notes", que es perteneciente a los usuarios en Twitter: @ace...
Me transfirieron a la sala de cirugía hace unas dos semanas.Al principio, se sintió extraño ver a la gente ir y venir tan libremente.Pronto descubrí que era solo otra parte del hospital.Había pacientes, enfermeras y médicos. Me dieron medicamentos e inyecciones.En general, era casi lo mismo que la sala de psiquiatría.
La única diferencia era que la sala de cirugía tenía un pasillo más largo con una sala de estar a mitad de camino, por supuesto, había una diferencia más importante. Me permitieron caminar libremente por la sala.Por la noche, salí a escondidas de mi habitación y caminaba. Salté y bailé en el salón y corrí por el pasillo del primer piso a toda velocidad.Estas fueron alegrías simples que no estaban permitidas en la sala de psiquiatría.Un día, descubrí algo extraño sobre mí mientras corría por el pasillo. En algún momento, más allá de la cocina y la escalera de emergencia, mi cuerpo se detuvo sin motivo.Todavía tenía unos cinco pasos más para llegar al final, pero me detuve y no pude dar otro paso.Al final del pasillo había una puerta.La puerta se abrió al mundo exterior.Afuera del hospital.La puerta no tenía letrero de "Fuera de límites", y nadie vino corriendo para detenerme. Pero no pude ir más allá. Pronto descubrí por qué. Ese fue el tramo del pasillo al igual que la sala de psiquiatría.Como si se trazara una línea en el piso, me detuve exactamente en ese punto, donde el pasillo de la sala psiquiátrica habría terminado.
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Me dijeron que era un 'buen niño' en la sala de psiquiatría. A veces tenía convulsiones, pero mayormente era obediente. Sonreí y seguí mintiendo sin que nadie supiera nada más que eso. Y conocía mi límite. El pasillo del pabellón psiquiátrico podría cubrirse con 24 pasos.Cuando fui hospitalizado por primera vez, tenía 8 años. Lloré y exigí irme a casa con mamá, sosteniéndome de la puerta de hierro al final de ese pasillo.Intenté frenéticamente abrir la puerta hasta que las enfermeras vinieron corriendo y me dieron una inyección. Durante un rato, las enfermeras se tensaban cada vez que salía al pasillo.Ahora, nadie me prestó atención, incluso si corrí por el pasillo y llegué a la puerta. Ya sabía que la puerta estaba cerrada de todos modos.Seguí corriendo hacia la puerta y volviendo. Ya no les rogué que abrieran la puerta ni lloré.
Pero el mundo está lleno de gente más idiota que yo. Ellos se sostuvieron y sacudieron la puerta sin cesar. Fueron regañados por el personal, inyectados y atados a sus camas. Si se hubieran comportado de manera un poco más aceptable, sus vidas podrían haberse vuelto mucho más cómodas. Esos idiotas no sabían nada mejor.
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