~𝐃𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨𝐬~(Kagaya Ubuyashiki y Tú)

8. Sᴜᴇʀᴛᴇ.

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~30 de agosto de 1907~

Llegó el día. Hoy voy a la prueba de cazadores de demonios. Estoy nerviosa, el tiempo ha pasado muy rápido, son 6 meses desde que vivo aquí y conocí a Kagaya.
Aunque era obvio que iba a llegar este momento, no pensé que llegaría tan rápido.

Todas las criadas me miran con tristeza mientras me ayudan a alistar todas mis cosas.

--Voy a volver. No sé preocupen.-- Les digo.

--Eso lo sabemos.

--Estamos seguras de eso señorita t/n.-- me animan.

--¿Entonces que sucede?-- pregunto.

--Solo la vamos a extrañar.-- Interrumpe una como para que alguien más no conteste la pregunta. Sé quién es, es una de las criadas más jóvenes. Se llama Mika, y aunque nunca me lo haya dicho, se que no le agrado, la forma que me mira o como me habla no es precisamente grosera pero tampoco muy amable que digamos. Aunque de cierta manera lo comprendo, antes de que viniera solo tenían que cuidar a Kagaya y desde que vivo aquí también se ocupan de mi. Por lo general trato de no ser un estorbo pero muchas veces insisten en ayudarme a hacer cualquier cosa. En fin, no tengo de que quejarme. Y respecto a Mika, trato de no darle importancia.

--Ya veo... Pero solo serán unos días. Yo también las extrañaré. Pero cuando vuelva seré oficialmente una cazadora de demonios. ¡Estoy muy emocionada por eso!

--Tendrá muchas misiones señorita. No estará mucho tiempo aquí, de hecho, talvez ya nunca vuelva.-- Dice una.

--¡Se olvidara de nosotras!-- Dice otra de las sirvientas más jóvenes, se llama Takako. Es con la que más he interactuado, ya que es muy enérgica y siempre trata de ayudarme. Por eso no me tomo a mal como me trata Mika, ya que también hay otras como Takako que son muy lindas conmigo.

--No digas eso. Aunque tenga misiones no me olvidaré de regresar de vez en cuando para visitarlas.-- Digo para animarlas. Yo también estoy triste por eso, aunque por obvias razones también muy feliz.

La mayoría estaba hablando conmigo a excepción de unas que no parecía importarles. Entre ellas, Mika. Supongo que hay más chicas a las que no les agrado.

Las que me están ayudando y platicando conmigo parecen estar guardando se algo, como si hubiera otra razón para estar tristes que no me quieran decir. No les quise preguntar, por alguna razón no me quieren decir y prefiero respetarlo.

Termino de alistarme y me despido de todas, incluso de Mika, aunque ella a diferencia de la mayoría está algo feliz.

Me dieron unas últimas palabras de aliento y salí al patio.

Ahí pude ver a Tomioka esperándome.

--Ya falta poco para irme.-- Informo.

--Ten mucho cuidado con los Demonios.-- Es la primera vez que lo oía preocupado por mi. Me sorprendió pero me puso feliz.-- ¿Por qué me miras así?-- Notó mi expresión de felicidad.

--Se llama felicidad, aver si luego buscas que es.-- Molestarlo de vez en cuando me parece divertido. Aunque muchas veces no entiende el sarcasmo o las bromas.

--Se lo que es.-- Contesta irritado-- Lo que no entiendo es por qué estás feliz. No dije nada gracioso... ¿O si?-- Esto hizo que me empezara a reír.-- Oye no te rías.-- Suspira.-- Eres muy rara.-- "Mira quien lo dice" pienso.

--No es nada, solo me pareció lindo que te preocupadas por mi. No es algo muy usual que seas bueno conmigo.

--¿De que hablas? Yo siempre soy buen maestro.