Capítulo 14

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El Audi negro se estaciona al frente de mi casa y mi corazón se encoge. Me siento una prostituta VIP con mi vestido más caro y medias de red, sumados unos zapatos de tacón alto.

Mi sacudo el pelo ondulado hacia atrás, dejando la piel de mis hombros al descubierto.

La puerta en la parte trasera se abre. Esta es la parte donde aguardo a que aparezcan una especie de soldados de SWAT con metralletas y me obliguen a meterme dentro, donde luego de violarme venderán mis órganos o me usarán para transportar drogas en las fronteras.

Pero nada de eso sucede.

Sólo aparece una mujer con una sonrisa radiante. Es rubia, tiene unos cuarenta años si es que las cirugías permiten discernir algo y su busto es enorme.

—Hola, nena—me dice ella—. ¿Estás lista?

Santo cielo.

Que sea una mujer me otorga un burdo consuelo, bien podría ser parte de ellos. De hecho, lo es, pero eso no descarta el alto nivel de riesgo que estoy corriendo al hacer esto.

Lo pienso una vez.

Lo pienso de nuevo.

Y recuerdo la frase que dijo Natalie Hale en la novela de "Los juegos del jefe": Todo se vale para el amor y para la desesperación. Yo estoy desesperada.

Qué bueno fue leer esa novela en Litnet, hasta que el autor publicó la segunda parte de manera paga y ya no pude comprarla. Algún día lo haré.

La mujer insiste y esta vez tiende su mano y me mira directamente a los ojos:

—Confía en mí, Ema. Mi nombre es Ángel. ¿Nos acompañas?

Muñeca Mía | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora