Muñeca Mía | COMPLETA

Epílogo

Un año más tarde...

Cuando el despertador suena, arrastro mi mano, tomo el móvil y lo apago. Es hora de empezar de nuevo, de un día a la vez.

Busco mis prendas, me coloco todo con cuidado y ando hasta el baño para ducharme. Me observo las cicatrices en el rostro que me maquillo cada día, pero antes de proceder a esta labor, me doy una ducha.

Al salir, me visto, reviso el pronóstico del tiempo, pido las noticias y sigo adelante con la rutina de cada día.

El apartamento en el que vivo ahora es más pequeño, más barato, en otra zona, pero me sirve para ordenarme mejor con mis finanzas. Vivo con lo que es justo y necesario para mi subsistencia y estoy trabajando en la recepción de una oficina dentro de un bufete de abogados. Llevo tiempo en esto, al menos cuatro meses y no me hace sentir incómoda, considerando que el primer tiempo coincidió con parte de mi recuperación luego de las diferentes cirugías a las que tuve que someterme luego del accidente.

"Accidente".

Estoy segura de que nunca fue así.

Isaac debe de haberme dado por muerta, pero no quiero volver a saber más nada de él ni de todo lo que está involucrado con ese hombre.

No le culpo.

No diré que "me arruinó la vida" porque yo misma estaba en una fase de desesperación que me condujo a tomar decisiones desesperadas sumado el hecho de que estaba muy triste, eran momentos caóticos para mi vida interior y ya no sabía cómo gestionarlo. Realmente esa situación tan dolorosa implicó un volver a nacer, volver a intentarlo, ser consciente de que tendría una oportunidad que cambiaría mi manera de ver las cosas y entender que tenemos mucho por contar aún.

Hay historias que tienen que ser escritas y reescritas hasta que encuentren el mejor final posible.

Y esta fue la mía.

Realmente creía que se terminaría antes, pero tuve la opción de que tome un mejor rumbo y es gracias a que las elecciones pueden llevarte a colapsar, pero es gracias a ese colapso que puedes hacer algo mejor.

Y abrir los ojos.

Estar despierta.

Más despierta que nunca para olvidar tu pasado

Purgué mis penas por lo que hice, ya pagué por todo, estoy segura de ello. No quiero volver a saber más nada de aquella etapa de mi vida, pero conservo la esperanza de que tarde o temprano podré construir algo completamente nuevo y diferente.

Ya vestida, con mis cicatrices maquilladas y con algo de ayuda de mis manos para poder andar hasta la estación de trenes, subo tocándome con un hombre trajeado. Este me mira, me sonríe, se disculpa, le digo que no es nada. Nota que tengo algo de dificultades para movilizarme por lo que consigue que otra persona me de su asiento, le agradezco y lo tomo. Él se queda delante de mí y, en lo que creía que se terminaría esa charla, se presenta. Liam, su nombre. Le digo el mío. Antes de separarnos con nuestros destinos respectivos de las estaciones, me pide el número de móvil. Se lo doy. Me habla y agendo el suyo.

Llego a mi trabajo.

Hablo con Liam todo el día.

Y acordamos salir a tomar un trago mañana.

Por todos los cielos, este hombre me ha gustado mucho.

Sí, definitivamente todos merecemos reescribir nuestra historia y esta ha sido la mía. Espero que tú también encuentres el mejor final para la tuya...

Con cariño,

Em.

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