Capítulo 23

1.5K 112 2
                                    


Despierto con un dolor de cabeza bestial, como si en cualquier momento se me pudiese partir la sesera por el medio, sumado a una sensación de acidez que se eleva por mi garganta hasta plantarse en mi boca provocándome arcadas.

Ando en zigzag por la habitación que se junta con el reducido espacio que hay en mi diminuto apartamento y me encuentro con llamadas perdidas.

Cinco.

Es Isaac.

¡Y, MADRE MÍA, ES MÁS DE MEDIODÍA! No tengo idea de cuánto he dormido ni cuánto ha dormido él, pero desde las nueve de la mañana que me ha estado escribiendo. ¿Qué sucederá? Esto me preocupa. Entonces, entre punzadas de resaca y dolores de cabeza recuerdo lo que hice anoche... Le escribí a su esposa y mandé a la prensa lo de mi relación con él.

Es que también tengo dos llamadas perdidas de un número desconocido.

Presa de la desesperación que acaba de invadirme ya demasiado pronto para apenas estar comenzando con mi día, me arrojo en busca de devolverle el llamado a Isaac.

Dos pitadas apenas bastan y me devuelve.

Una intensa punzada en mi pecho me advierte de PELIGRO en cuando contesta al otro lado y su voz me llega en un extraño límite entre salvavidas y arma punzante.

—Isaac—murmuro.

—Cuánto quieres.

Sí.

Es su voz.

Pero no es el Isaac que anoche me hablaba con dulzura para convencerme de que me fuese de la fiesta con él, el Isaac que me prometía el mundo entero antes de cogerme. Este, sin embargo, mantiene el tono frío, sin embargo lo noto como si me tratase como a una desconocida, o aún peor, como a una enemiga de la cual estar lejos.

—¿Q...qué dices?

—Que cuánto puto dinero quieres, Ema.

—No... No te entiendo.

—¡Para que me dejes en paz de una jodida vez!

Sus gritos me dejan aterrada. No me gusta que me trate de ese modo, creí que llamaba para pedir perdón y clamar por mi corazón, sin embargo aquí está huyendo de lo que siente. ¡Huyendo de la verdad, de lo que siente por mí!

—Yo...—murmuro—. Yo no quiero tu dinero. ¡Yo te quiero a ti! ¡De la misma manera en que puedo leer que tú me deseas!

—¡Solo quería coger y punto, Ema! ¡¿Qué carajos pasa por tu cabeza al escribirle a mi esposa?! ¡¿Acaso te piensas que ella no sabe ya lo que hago?!

Cielo santo.

Definitivamente eso no me lo esperaba.

Sin embargo, mi cabeza lejos de nublarse, ataja rápidamente una respuesta:

—Eso... Eso significa que algo no está bien en su matrimonio. Significa que estás insatisfecho ¡y ella también! ¡No se arruinen la vida por nada!

—¡Tú no me arruines la vida a mí! ¡Ya déjate de tus estupideces y acepta que eres una puta a la que le he pagado!

Sus palabras me duelen en lo profundo, como si clavase una daga en mi pecho.

—Por...favor...detente...

—¡No, Ema! ¡Detente, tú! ¡No pienses en joderme la vida porque te arrepentirás! NUNCA estaré contigo, entiéndelo, putas como tú hay montones, así que no pienses que me amenazas escribiéndole a mi esposa, por algo la elijo a ella.

—Isaac, no...

—¡A la mierda, Ema! ¡DESAPARECE DE MI PUTA VIDA!

—¿Sí? Disculpe, tengo una llamada perdida de este número.

—¡Oh, sí! ¿Ema?

—Sí. ¿Quién eres?

—Soy Jack Cavill de HIGH Magazine, me gustaría hablar contigo. Recibimos tu mensaje a uno de los miembros de otra agencia, la información que tienes sobre el señor Isaac Raven nos puede llegar a interesar. El tiempo y los datos que nos dediques serán compensados, todo se paga y tiene su valor. Después de todo, por eso nos contactaste, verdad?

—Y...Yo no sé si...

—Te invito un café en la Redacción hoy a las cinco, al atardecer, ¿qué opinas?

Mierda, mierda, mierda. ¿Qué camino debiera tomar?

Cuando creía que ya estaba dentro de la boca del lobo, llega el destino para corroborarme que siempre puede tragarme más y más profundo aún.

—Está bien—accedo—. Dime dónde es la redacción y ahí estaré.

Muñeca Mía | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora