Capítulo 13

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Pasaron unas semanas y todo volvió a la normalidad en el Internado, no habíamos recibido más ninguna carta, ni había susedido nada sospechoso. Lo único que seguía llamando mi atención era que Gonzalo venía más seguido y Kiara por las noches salía no se a donde y regresaba en la madrugada casi en el amanecer

Luego de la última carta la de la amenaza ¿se acuerdan? pasamos unos días sin investigar y cuando lo retomamos no encontramos nada de nada. Sabíamos lo de siempre que esas chicas sabían algo y por eso las mataron

Ya estábamos en noviembre y comenzaba a nevar. Todo se veía precioso, los frondosos árboles que habitaban detrás de la valla estaban cubiertos de nieve 

Era un viernes en la tarde cuando nos encontrábamos Jack y yo despidiendo a nuestros amigos pues algunos fines de semana que no alterara el calendario de clases dejaban a los chicos irse a sus casas a pasar esos días con sus familias

Y se preguntarán ¿por qué me quedé? y la respuesta es sencilla, no me apetecía quedarme en la casa cuando mi mamá no estaba y aquí por lo menos me quedaban algunos amigos y Jack que era buena compañía

-¡Qué lástima que no te puedas venir conmigo! -me decía la chica de cabellos rojizos haciendo un puchero-

-Es que se nos ocurrió la idea muy tarde y no nos dió tiempo -hablé un poco triste porque si me habría gustado irme con Ly ya que en ese corto tiempo se había convertido en una amiga muy especial-

-Para la próxima si lo haremos con tiempo ¿vale? -esbosó media sonrisa-

-Vale

-Y tú -miró a Jack y lo señaló con el dedo acusador- portate bien

- Vale mamá

Lydia fulminó a Jack con la mirada y reí por lo bajo, me dió un último abrazo y se montó en la autobús que los llevaría a casa. Jack y yo nos quedamos ahí hasta que se desapareció por la valla de hierro

Entramos pues ya en esa época del año hacía un frío terrible y aunque estuvieras un abrigo puesto igual lo sentías

....

Al llegar a mi dormitorio lo primero que hice fue encender mi estéreo y me cambié de ropa pues ese fin de semana no era necesario llevar el uniforme del colegio, me puse mi sudadera favorita de color negro que tenía escrito delante The Sun, The Moon y The Truth en letras blancas y un short a juego

Luego busqué mis apuntes pues tenía que terminar unos trabajos para entregar la semana próxima. Al cabo de un rato tenía un desorden terrible sobre la cama, lápices, bolis, apuntes, la lapto y algunos libros lo complementaban. Me enfonqué para terminar mi trabajo lo más pronto posible así tendría el sábado y domingo libre para descansar

Ya estaba terminando el último trabajo cuando nuestro querido capullo hizo acto de presencia en el dormitorio

-¡Qué estudiosa me has salido espejuelitos! -exclamó divertido-

Ignoré su comentario y contiué enfocada en mi trabajo. Jack se adentró en el dormitorio y se sentó en el único lado de la cama que estaba desocupado

-¿Te falta mucho? -preguntó y pude ver que su rostro expresaba un claro aburrimiento-

-No -volví a poner la vista fija en la pantalla de la laptop-

-¿Te puedo ayudar? -preguntó y tomó un libro de latín que estaba a su lado-

-¿Se te da bien el latín? -pregunté pues a mi se me daba fenomenal-

Aprendí latín en un curso unos años atrás después de ver la serie El Internado pues ese idioma me encantó

-Im 'bonum in oscula -respondió y sonrió perversamente-

Los Secretos del Internado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora