Fate Z La Leyenda Jamás Contada

Una sonrisa resplandeciente

Este capítulo está dedicado a "SuperLegend05", muchas gracias por apoyarme en esta época tan difícil, de corazón espero que el capítulo cumpliera con tus expectativas.

Ciudadde Fuyuki

Las calles pacíficas de las zonas residenciales eran transitas por alguna que otra persona que salía a correr o inclusive solo a dar un agradable paseo por la mañana, ya que era un día perfecto, sin ninguna nube que obstruyera el basto e infinito azul del cielo. Sin embargo, dos personas no parecían prestarle mucha atención al clima o las actividades mismas.

Waver caminaba a un paso ligeramente acelerado, queriendo llegar cuanto antes al centro comercial y poder dejar a su Sirviente explorar a sus anchas mientras él se dedicaba a realizar algo de investigación. En un principio estaba reacio a salir por miedo al ataque de algún otro Sirviente o simplemente de que descubrieran donde era que ahora estaba viviendo, muchas cosas podrían salir mal si no tomaba las medidas necesarias, en especial tomando en cuenta la personalidad de su Sirviente.

Pero las cosas ahora eran diferentes, no solo por el hecho de que su investigación dio frutos, pues a través del agua del drenaje pudo descubrir varios escondites de Caster, aunque nunca lograron encontrarlo a él o a su Maestro. Ver los cadáveres de esos pobres niños, la forma en la que fueron torturados casi como si de una pintura retorcida y siniestra se tratara, aún le provocaba pesadillas ante tan repugnante y malvado acto. En verdad necesitaba distraerse un poco y dejar que su mente olvidara todo aquello.

Mientras que la segunda razón para salir tan despreocupadamente era poder comprender más a su Sirviente, ya que esa misma mañana había tenido una visión, donde por unos breves pero profundos instantes logro ver a su Sirviente contemplando lo que parecía ser un gigantesco océano. Por alguna razón que aún no terminaba de comprender, ver esa escena lo había dejado con un profundo sentimiento de nostalgia al igual que tristeza.

Ciertamente lo que necesitaba era distraerse un poco y comenzar a comprender las cosas desde otro punto de vista.

- Y aquí estamos, dando un paseo por la ciudad, ¿Por qué has decidido cambiar de opinión? – pregunto Iskandar, curioso ante el repentino cambio de actitud de su Maestro, ya que desde que fue convocado había estado deseoso de salir y explorar este nuevo mundo de día, pero siempre se le negó la oportunidad.

- Por ninguna razón en particular. Solo quería cambiar de aires, es todo – se justificó Waver – Además tu siempre dices que salgamos y veamos el paisaje.

- Explorar los exóticos mercados de un país extranjero es tan emocionante como ir a la guerra en su propio terreno – afirmo realmente emocionado de salir y explorar este nuevo mundo.

- Creo que es algo patético que un país vaya a la guerra con otro por un motivo como ese – suspiro en frustración girándose para ver con mala cara a su Sirviente.

- ¿Qué pasa, chiquillo? Hablas como si ya lo hubieras experimentado – cuestiono.

- No es nada, son solo cosas mías – desestimo, volviendo a encaminar rumbo.

Suburbios de Fuyuki

En medio del patio trasero de lo que ahora era el nuevo cuartel general de Irisviel, se encontraba Goku. Meditando en posición de loto, había estado así desde que escucho la conversación que tuvieron sus amigas. Pues haber descubierto que el estado Irisviel era más grave del que ella misma le había dicho en verdad lo había preocupado y aunque no fuera lo que ella quisiera, él había estado buscando la forma en la cual poder ayudarla, pues no se rendiría tan fácilmente y de ninguna manera permitiría que muriera para que ese Santo Grial apareciera.