¡Por favor escogeme a mí!

Conviviendo

Zero despertó sin ganas de levantarse miró el techo por un tiempo luego puso su mirada en su hija quien dormía cómodamente a su lado, desde hace tiempo que duermen juntos por la misma causa.

Pesadillas...

Algo que tenían en común, los recuerdos del pasado los afectaba en la noche. Acaricio la mejilla de su hija y suspiro mirándola con melancolía.

Después de pensarlo mucho decidió ir junto a su hija al palacio para tomar el té y para que su tío y primo conocieran más a Zenit, aunque le costará decirlo otro de los motivos fue aquella promesa que tiene con la mujer de sus sueños.

Zero por fin pudo levantarse teniendo cuidado de no despertar a la castaña, tenía que prepararse para el día pero aquel pequeño bulto en su vientre no se lo dejaba nada fácil. Más al agacharse para recojer algo como ahora...

Zero: Maldito cepillo... - maldijo tratando de tomarlo del piso.

Zenit: Pff...jajajaja p.. papá ... Necesitas ayuda? Jajajaja - se levantó de la cama tratando de contener la risa.

Zero: ándale búrlate de tu padre - abrió los brazos con exageración para gracia de su hija.

Zenit: vamos no te enojes - recogió el cepillo después de la risa- no tienes que tener vergüenza papá yo siempre te ayudaré - aseguro con una sonrisa.

Zero con un suspiro negó divertido acariciando sus cabellos castaños con cariño, Zenit cerro los ojos disfrutando la caricia.

Zero: que voy hacer contigo... - dijo quitándole el cepillo de sus manos.

Zenit: pues ni modo que dejarme - dijo obvia para gracia de su padre.

Sin más ambos se prepararon con risas y burlas de ambas partes, sin duda una linda y agradable mañana.

Zenit: A su madre! - grito sobando su cabeza.

Zenit practicaba con la espada pera algún día ocupar el puesto de su padre, al principio estaba muy emocionada pero después de su primera práctica maldijo en todos los idiomas que estudió.

Su maestra y dama la miraban maldecir con una gota de sudor, no había duda que era hija de el señor Zero, la castaña podía ser encantadora pero tenía el mismo mal genio que su padre.

Zenit: Será divertido decían - dió un golpe- es muy fácil decían - golpe- pues vayanse a la mierda cuál fácil ni que fregada!!! - dió golpe tras golpe murmurando palabras.

Zero quien la miraba desde la sombra tomando el té sonrió orgulloso por cada maldición que salía de su hija.

Claro y también por ver su avance con la espada...

Pero más orgulloso al verla maldecir, sin duda alguna su hija sería muy él...

Pronto su mirada orgullosa cambio a una sería ya había enviado una carta a su tío explicándole que iría mañana a tomar el té, estaba preocupado por su hija y el que venía, Zenit por la reacción que tendría el emperador al verla él día de la presentación de Zenit pudo ver el odió hacia ella.

Y por su hijo que ahora tenía en su vientre por la reacción de la familia imperial bien sabía que su tío y primo ya han de haberle dado la noticia de su embarazo, suspiro cansado al saber el gran show que se haría al nacer su hijo.

Rezaba a dios para que su hija o hijo naciera parecido a él y no a la familia imperial aunque lo dudará, si o si tendría algo de aquellos genes.

Zenit: pensando en mi hermanito? - trajo de regreso a su padre de sus pensamientos.

Zero: si - afirmo tomando un trago de su té- vamos a tener problemas cuando nazca - suspiro al ver la confusión de su hija - al ser de la familia imperial si o si tendrá los ojos imperiales - Zenit hizo una mueca al ver los problemas - solo espero que por lo menos nazca con mis cabellos y no un calco de su padre - Zenit no pudo evitar mandar a volar su imaginación.

Se imagino un bebé de cabello rubio y ojos imperiales con la misma mirada que su padre, sintió escalofríos prácticamente un Claude miniatura y si era niña...

Bueno la princesa no era como su padre pero eso es gracias a su mamá.

Zenit: - suspiro tomando su té- " solo te pido que no sea como su padre :"v " - pensó can lágrimas.

La dama de Zenit la miró con una gotita al saber que es lo que pasaba por la mente de su señora