Park Chaeyoung, mejor conocida como Rosé, era una chica judía y millonaria, hija de dos padres Gays, dueños de la cadena de centro comerciales, restaurantes y cafeterías Park, pertenece al club glee, el club de perdedores, como solían llamarles los...
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—¿Me estás diciendo que Jisoo te beso?—estaba sentada en la cama de la rubia, mientras esta caminaba de un lado para el otro.
—Como lo oyes—después de salir corriendo del auto de la pelinegra, había llamado a su mejor amiga.
—Entonces, eso explica porque ahora quiere ser supuestamente nuestra "amiga", cuando lo único que quiere es meterse entre tus faldas—se reía.
—No me parece gracioso—le daba una mirada seria.
—Pero es la verdad, deberías estar feliz, ¿o no lo estás?—se le hacía raro no ver a la rubia brincando en una pata.
—sonrió—Sabes que si—se sonrojó.
—Jisoo Gay, quien lo iba a creer, aunque me parece increíble que tu le gustes.
—¿Tan poca cosa soy?—fruncía el ceño.
—No me refiero a eso, es solo que ¿no te odia?, ¿no te lo ha dejado claro miles de veces?, esto parece una loca pesadilla—hacía gestos dramáticos—¿Qué piensas hacer?
—¿Hacer qué?—no entendía nada, la tailandesa rodó los ojos.
—Rosé, Jisoo te beso, TE BESO—remarcó—Tu haz estado enamorada de ella desde que la viste, por muy estúpido que me parezca—la rubia rodó los ojos—Pero, ¿no crees que es tu oportunidad para estar con ella?
—¿No es que te cae mal?—no podía creer lo que estaba diciendo su amiga.
—Bueno si, pero eso no quiere decir, que no quiera que tu—la señaló—Seas feliz, así sea con esa pelinegra insípida—la rubia volvió a rodar los ojos.
—¿Qué quieres que haga?, todavía no se porque me beso. ¿Y si se arrepintió?—se puso triste.
—Bueno, yo no creo que Jisoo sea de las personas que va besando a cualquiera por ahí.
—No soy cualquiera—le recriminó.
—No me refería a ti, es solo que si te beso, es por que le gustas, no creo que sea por otra cosa, a no ser que...
—¿Qué?
—Que sea una de sus estúpidas bromas para lastimarte—la rubia la miro fijamente.
—¿Tú crees?—se puso mas triste.
—No lo creo, pero es una posibilidad.
—Jisoo no me puede hacer eso, no puede jugar con mis sentimientos de esa manera—unas cuantas lágrimas se le empezaron a salir.
—Ya, tranquila—se acercaba a abrazarla—Si es así, te prometo que le pateare tan duro el trasero, que no querrá meterse mas nunca contigo.
—Gracias—agradecía tener una amiga como Lisa, que mas bien era como su hermana.
