Park Chaeyoung, mejor conocida como Rosé, era una chica judía y millonaria, hija de dos padres Gays, dueños de la cadena de centro comerciales, restaurantes y cafeterías Park, pertenece al club glee, el club de perdedores, como solían llamarles los...
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—¿Quieres sentarte?—le pregunto muy nerviosa, se dio cuenta que la pelirroja la miraba fijamente y pudo ver que era por la ropa que traía puesta—. Porque mejor no te pones cómoda, mientras yo me voy a poner algo mas cómodo, o sea, algo mas decente—susurro.
—Si... si claro—se sonrojo dándose cuenta que la pelimorada se había percatado de su mirada.
—Ok, no tardo—salió dispara hacia su habitación—bien ya estoy—regresaba con un una remera blanca puesta y un jean muy apretado—. ¿Quieres algo de tomar? ¿Agua? ¿Jugo? ¿Refresco? ¿Leche?—apenas eso salió de su boca quería golpearse contra la pared.
—¿Leche?—sonrió y la pelimorada se sonrojo—. Agua estaría bien—la pelimorada asintió y salió casi disparada a la cocina a buscar el agua.
—Aquí tienes—le dio el vaso con agua y se sentó nuevamente.
—Gracias... —le dio un sorbo y coloco el vaso en la mesita del medio, se quedaron el silencio, la pelimorada jugaba con sus manos de los nervios, mientras la pelirroja miraba a la pelimorada para ver si decía algo.
—Y como...
—Yo quería...
Las dos hablaron al mismo tiempo y se sonrieron tímidas.
—Creo que debería comenzar yo, ¿no?—pregunto un poco dudosa.
—Creo que si.
Tomo aire, sabía que este momento iba a pasar tarde o temprano y bueno por lo menos esta vez estaba actuando de manera madura.
—¿Cómo has estado?—pregunto lo primero que se le vino a la cabeza—. Lo siento yo... yo estoy nerviosa es decir fui a buscarte al hospital porque me di cuenta, bueno no, Hyeri me hizo ver que no estaba teniendo una actitud muy grata hacia tu persona y eso no está bien ya que han pasado mucho años y ya no somos unas niñas...
—Espera.... espera cálmate si... —la pelimorada había dicho todo a la carrera que tenía miedo de que se ahogara.
—Lo que quiero decir, es que lo siento, siento mucho mi actitud en la fiesta de Lisa, a pesar de que todavía sigo dolida por lo que paso entre nosotras—hizo una mueca al igual que la pelirroja—. No te lo merecías—esta vez bajo su cabeza avergonzada.
—Lo entiendo y realmente no me sorprendió tu actitud—dijo tristemente—. Es normal después de lo que hice todavía no me perdones, mucho menos que confíes en mí, pero yo ya no soy la misma, Rosé, crecí y madure, y una vez más, lo lamento, sé que me equivoque, pero he pagado por mis errores—dijo esto mirándola fijamente.
—Lo se... —Hyeri ya se lo había dicho, nuevamente se quedaron en silencio, pero la pelimorada no aguanto más y decidió preguntar ahora si algo coherente—Así que, ¿Doctora?—durante su relación nunca le había preguntado qué carrera iba seguir una vez terminara el colegio.
