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El evento había quedado perfectamente según lo habíamos planificado y todo estaba sucediendo dentro de lo esperado. El desfile estaba a punto de terminar y todos tenían su atención puesta en la pasarela por donde se paseaban los modelos de las diferentes empresas y las sonrisas, completas y cerradas, eran las que adornaban las bocas de todos los presentes, incluyéndome.

Kang SoRa, mi nombre, no era muy conocido, pero el de mi empresa, PASSION, sí que se había llevado muchos aplausos.

A mis veinte años tomé la presidencia de PASSION, la agencia de modelos que fundaron mis padres; y esto porque ellos mismos decidieron retirarse y dar vueltas por el mundo para vivir un "sueño de amor adolescente" según afirmaban. La agencia era muy pequeña cuando tomé las riendas y para aquel entonces, con mis veinticuatro años, había logrado crecerla hasta el punto de tener varias sucursales por diferentes países fuera de Corea del Sur, mi país natal y asentamiento de la empresa principal; y con ello conseguimos que miles de modelos firmaran contratos con nosotros. También comenzamos a integrar nuestros propios diseños y en poco menos de dos años ya habíamos hecho que nuestra marca fuera reconocida mundialmente, aunque aún le faltaba por crecer bastante.

Tuve las suerte de que mis amigas (dos desde la niñez y otra desde la preparatoria) me hubiesen ayudado y me acompañaran en todo. Trabajan conmigo, una como modelo, otra como diseñadora de vestuario y la última era mi vicepresidenta pero prefería estar en mi oficina o simplemente hacer de secretaria por mera diversión.

Gracias a ellas y al gran colectivo de trabajadores contratados (con los cuales me relacionaba muy bien pues todos me resultaban agradables), había podido hacer crecer a PASSION y eso era algo que siempre me gustaba aclarar; que el esfuerzo había sido en equipo.

Por esa parte, mi vida profesional es muy buena y exitosa, contando incluso los problemas que daban lugar y siempre lograba solucionarlos en poco tiempo.

Pero si hablábamos de mi vida personal, no lo era tanto, y esto debido a mi relación amorosa (porque mi familia siempre hemos sido mis padres y yo y aún en la distancia nos mantenemos en contacto) y las complicaciones que tenía en ella.

Había conocido a Shin JaeByul en la preparatoria, nos hicimos novios a mitad de la misma y nos casamos apenas entramos a la universidad. Muchos nos dijeron que algo así había sido muy apresurado, pero nosotros estábamos perdidamente enamorados y simplemente dijimos que todo saldría bien.

No resultó ser tan así.

JaeByul manejaba una empresa de automóviles, herencia de un tío, y trabajaba muchísimo más que yo.

Yo creía para entonces que nuestro amor superaría la distancia a la que nos someteríamos y él mismo me lo prometió, mas nada ocurrió según lo planeaba.

Pasaron unos seis años hasta aquel entonces, y la rutina era la misma cada jornada: vernos dos o tres horas en el día, ir a trabajar (donde mis amigas se encargaban de sacarme a pasear y gozar en la ausencia de mi marido) y en festividades especiales como cumpleaños o fin de año, pasarnos el día juntos.

Al principio pensaba que funcionaría porque lo amaba demasiado, pero cuando el sexo comenzó a escacear incluso en el tiempo que teníamos libre sólo porque él quería dormir o seguir trabajando, las peleas se hicieron constantes pues yo llegué a pensar que él ya no me deseaba y estaba enamorado de otra aunque afirmase lo contrario.

Yo hubiese seguido en esa rutina, amando a un hombre que me estaba descuidando y sufriendo por eso en los brazos de mis amigas hasta que llegó cierto diablillo a mi vida.

La fiesta que se había organizado en conjunto con otras agencias de moda y modelos tenía como objetivo unificarnos para cerrar contratos las unas con las otras y hasta uno que nos abarcara a todas. JiSoo, mi amiga y vicepresidenta de PASSION, había decidido hacerse cargo de todos aquellos interesados en colaborar en conjunto con nosotros para que yo "disfrutara" de la fiesta con mi marido, quien me había acompañado, pero apenas las personas comenzaron a dispersarse luego de que terminara el modelaje en la pasarela, se había ido con unos conocidos a hablar de autos.