-¡Buenos días!¡Buenos días!¡El Sol ya salió y es un hermoso día para ir a la playa!
-¡Arriba!¡Arriba!¡Es hora de despertar!
Ambas con cazuelas en las manos y golpeando las mismas, Kiara y yo intentábamos armar el mayor escándalo posible para despertar a nuestros hombres, a quienes habíamos dejado más que dormidos en las habitaciones del piso de arriba.
Al cabo de un par de minutos, vimos a ambos chicos asomarse por las escaleras, tropezándose con sus propios pies y apoyándose mutuamente para bajar.
TaeHyung sólo tenía sus shorts de pijama y JungKook apenas se había colocado bien la camiseta y los shorts.
Venían sobándose los ojos apenas abiertos y sacudiéndose el cabello. Se notaban completamente desorientados, y ello sólo nos causó gracia a mi rubia amiga y a mí.
El contexto era el siguiente: Kiara y JungKook tenían una casa en la playa a la cual iban cada vez que querían tomarse un descanso de la vida en la ciudad y en aquella ocasión nos habían invitado a TaeHyung y a mí.
A diferencia de mi adorado y alocado amante, yo me disculpé con NamJoon y SeokJin pues sin TaeHyung tendrían un poco más de trabajo y el muy cabrón les había avisado que se ausentaría apenas un par de horas luego de haber estado junto a JungKook y Kiara, y con ello obligó a que miles de planificaciones que lo incluían se pospusieran.
Es que él es todo un caso.
Por mi parte, las chicas no tuvieron problemas para cubrirme, en la empresa, y con mi marido, a quien le había dado la excusa de que estaría en una casa vacacional con las chicas con cero Internet y como se lo tragó, pues todas lo bloqueamos de todas las redes sociales para evitar contratiempos.
Todo muy agitado, pero valía la pena.
-¿Por qué tanto alboroto? Ayer fue difícil dormir con la fiesta que montó el vecino de a dos cuadras-la ronca voz de JungKook, incluso si estaba dormido, sonaba mucho más coherente que la del caso perdido de TaeHyung.
-Unicornios verdes y rosas rosas. No veo más nada.
Kiara y yo nos echamos a reír escandalosamente, pero al parecer eso a ellos les molestó, pues se cubrieron los oídos y como los buenos amigos que son, se apoyaron nuevamente hasta acostarse uno sobre otro en el sofá más cercano.
Para nada me sorprendía ver a mi chico abrazarse a su amigo como si fuera un koala. Lo que sí me llamó la atención fue ver que JungKook ni se inmutaba, como si tener a TaeHyung encima fuera cosa de todos los días.
Bueno...sí es cosa de todos los días. Es una tradición, según ellos mismos explican.
-Venga, chicos. Abran esos lindos ojitos ¿Acaso no han visto ya la sorpresa que le tenemos SoSo y yo?
-Luego de tanto tiempo que estuvieron pidiendo vernos, y ahora no quieren ver.
Fue un acto simultáneo y bastante cómico verlos abrir un solo ojo, claro que, luego de percatarse de lo que Kiara y yo les queríamos mostrar, por supuesto que abrieron el otro...incluso se sentaron bien.
-Están bonitos ¿verdad?-acompañando las palabras de la rubia, y aprovechando los bañadores de finísimas tiras que permitían mostrar la tinta completa de nuestra piel, ambas nos colocamos en cierta pose de lado, inclinando un poco más nuestros traseros para que se notaran nuestras espaldas y así logramos mostrar gran parte del tatuaje; una preciosa ave Fénix que abarcaba nuestros muslos derechos en su parte superior y algo del interior, se extendía por nuestras caderas y glúteos, y terminaba en nuestros omóplatos.
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ᏆΝҒᏆᎬᏞ ᯾ ᏦᏆᎷ ͲᎪᎬ ᎻᎽႮΝᏀ ✓
FanfictionMuchas mujeres suelen pensárselo dos y hasta tres veces antes de atreverse a serle infiel a sus maridos, pero Kang SoRa es parte de ese grupo de las pocas que se lanzaron a la aventura de una sola vez y lo mejor de todo es que no se arrepiente de na...