Después de regresarme solo, pasé mi tarde estudiando mis apuntes y resolviendo la tarea. Alrededor de las siete de la noche, mi madre llegó justo a tiempo para cenar juntos.
- Cariño, ¿cómo te fue en tu día de clases? – Mi madre dejó de comer con la intención de prestarme atención – ¿Estuvo agradable?
- No – Enrollé un tanto de la pasta servida sobre mi plato.
- ¿Hiciste amigos?
- Creo que sí. Tuve una conversación con alguien.
- ¡¿En serio?! – Soltó su tenedor debido a la sorpresa que le cause – Perdón. ¿Cómo es tu amiguito?
- Pues... – Recordé al pelirrojo y una sola cualidad llegó a mi mente – Es un lorito.
- ¿Muy hablador?
- Aha.
- Deberías invitarlo a la casa y, así, no te sentirás solo.
- ¿Puedo?
- Claro, hijo. Pero no rompan nada, ¿bien? – Se levantó de la mesa y me ayudó a recoger mi plato.
- Sí, mamá.
Para el día siguiente, volví a ver a Reki. Las clases que tuvimos al comienzo del día eran de letras y por lo que llegué a visualizar, él no era muy fan de ellas; en cambio, en el último curso que era de matemática, si lo disfrutaba. Por mi parte, yo tenía preferencia con el área de ciencias naturales porque me consideraba bueno, puesto que desde pequeño adquirí la rutina de ir a la biblioteca de mi padre a leer libros que siguieran este mismo patrón.
Concluimos las clases y él me llevó a ese lugar. De nuestro primer encuentro pasaron otros más, siempre me llevaba al skatepark para seguir practicando. Un detalle lindo de su parte fue que me haya obsequiado una patineta para que no me preocupara en conseguir una.
Otro detalle es que conocí a su amigo llamado Takumi... Era agradable, pero no más que Reki. Al principio llegué a notar su incomodidad con respecto a mi presencia y el pelirrojo le demostró su disconformidad.
- ¿Qué ocurre? – Reki detuvo su patineta para girar a ver al pelimorado.
Takumi me miró como temiendo de mi reacción, aunque igual dio a conocer su molestia – Creí que seriamos solamente tú y yo, Reki.
- ¿Qué tiene de malo unir a Langa? Él es agradable.
- Me refiero a que el skate era un pasatiempo de los dos.
- El skate es un pasatiempo que podemos compartir con quien queramos, Takumi. Tú me lo dijiste.
- Lo sé, pero...
- Reki – Me acerqué a quien consideraba mi amigo – No quiero molestarlos, así que me voy.
- ¿Qué estás diciendo? – Depositó un agarre en mi muñeca – Dije que te enseñaría, Langa. Yo siempre lucharé por intentar cumplir mis promesas. De modo que te quedaras y seguiremos con lo nuestro.
Nadie quiso contradecirle. Takumi intentó ser flexible para socializar conmigo, pero era inevitable no sentir una tensión. Puedo aclarar que a partir de esa situación convivimos más los tres. Todo era divertido hasta que Reki se iba y nos dejaba solos. Concluí que él era lo único que nos unía al pelimorado y a mí.
Una tarde en la que Takumi iría a una cita con el dentista, Reki y yo fuimos al skatepark. El skate se había convertido en mi vicio, ya que lo podía hacer en cualquier lado y no era necesario el tener que hacerlo específicamente en la nieve.
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La desdicha de un amanecer (SK∞ the Infinity)
RomansaAnte el marchar de mi principal alegría, no fue muy complejo el tener que reconocer que se convertiría en mi mayor desconsuelo. ✔Los personajes no me pertenecen, sino a: Masanori Miyake, Kyōko Uryū, Subaru Tanaka y Akihiro Sotokawa. ✔Historia de mi...