Capitulo 4: Suplicio de Sam

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Sé que para algunos Sam no es santo de su devoción, pero tiene lugar en toda esta historia por su relación con Luna y engendrar a Lina, además me vale madre y es mi pinche historia.

Todo comenzó en una fría y pintoresca víspera navidad hace casi 18 años.

Luna quería tocar una canción navideña para su familia con su guitarra eléctrica, pero su amplificador se encontraba en la cochera, así que le pidió a Lincoln que la acompañara.

Después de un buen rato, Sam se dió cuenta que estaban tardado demasiado, así que fue buscarlos para ver que ver si podía ayudarlos.

Cuando llegó a la cochera en medio de una ventisca, notó que la puerta estaba cerrada desde dentro; le pareció extraño al principio así que limpió la nieve de la ventana de la puerta y luego se asomó.

Lo que vió la dejó impactada.

Encontró a su novia completamente desnuda encima de su hermano arriba de un viejo amplificador teniendo de una forma muy salvaje sexo. Sam no podía evitar verlos teniendo relaciones, duró así por unos minutos más hasta que vió como ambos llegaron a su clímax y observó como Lincoln llenó el interior de su novia con su semilla.

Cuando vió como Luna se volvía a poner la ropa mientras jadeaba, rápidamente regresó a la casa y se comportó como si nada hubiera pasado.

Tres semanas después Luna le confesó que se encontraba embarazada.

Sabía muy bien desde un inicio quién era el verdadero padre del bebé que esperan, ya que literalmente vió como hacían a esa criatura en la cochera. Sin embargo, apesar de su engaño, Sam tomó la decisión de continuar su relación con Luna por un simple motivo que vivió en carne propia. El abandono.

Literalmente, Sam era como la mayoría de las medias hermanas y hermano de Lyra, unos abandonados, pero con la clara excepción que su propio padre nunca la buscó.

Pasaron meses, Sam fue una de las primeras primeras que conoció a una Lyra recién nacida en los brazos de Luna, pero en ese momento, en lo más profundo de su ser despertó un hermoso deseo que acabó por consumirla por completo.

Durante los primeros años, Sam estuvo presente en la vida de Lyra desde un inicio siendo una segunda madre para ella.

Sin embargo, cada vez que veía a Luna compartir bellos momentos con Lyra tal como cantar, jugar o reír se convirtió en algo muy hermoso para sí misma e incluso le parecía muy bonito verlas gritarse o discutir entre ellas por cosas muy absurdas. Pero esas experiencias tán solo incrementó su deseo en tener una criatura creciendo en su interior y de ser madre.

La gota que derramó el vaso fue cuando apenas Lyra tenía 6 años de edad, le regaló a Luna una simple taza que decía la mejor mamá del mundo.

Inconscientemente, Sam se frotó el vientre con la clara intención de pensar de alguna manera engendrar un bebé.

Fue muy curioso como se topó con Lincoln, ya que cuando salía de un consultorio médico mirando con una sonrisa sus análisis de fertilidad, se encontró con el albino antes que saliera del hospital con una maleta en su hombro.

Sam le preguntó que hacía en el hospital y Lincoln le dijo que había estado en coma por unos meses, pero ya se encontraba mejor.

Sin ninguna duda, la rubia le pidió el número de su celular para mantener el contacto con él. Sin embargo, Lincoln dudó un poco en dárselo porque no quería que sus hermanas supieran de su paradero, pero apesar de eso logró convencerlo prometiendo que no se lo daría a nadie.

No pasó una semana cuando Sam pensó en quien podría ser el padre de su bebé y se le ocurrió alguno algunos de sus amigos como posibles candidatos, pero al volver a recordar la relación de Luna con su hija, inevitablemente pensó en un solo hombre.

Sam llamó a Lincoln preguntando su podría verlo ahora mismo, a lo cuál él aceptó.

Al llegó la oficina de Lincoln, lugar era muy humilde comparando a lo cabrón que era actualmente.

Cuando entró en el despacho del albino, Sam cerró la puerta con seguro y se acercó al hermano de su novia con mucha determinación, pero a la vez un poco de timidez.

Después de una breve plática, Sam le pidió a Lincoln si podría ser el padre de su bebé.

Era evidente que el hombre se negaría, pero cuando Sam le dijo sus razones por las que quería se madre, terminó aceptando solo con la condición que cuando su bebé creciera y le preguntará por su papá, ella le diría toda la verdad.

La mujer aceptó las condiciones.

Ahí mismo con la puerta cerrada con seguro, Sam se desvistió delante de Lincoln para después acercarse y subirse arriba suya mientras se encontraba aún sentado en su silla.

Ambos tuvieron relaciones sexuales con mucho cuidado en no hacer ruidos fuertes y asegurándose que todo su interior se llenara con el semen del albino asegurándose que no se desperdiciara ni una gota.

Transcurrió tres semanas y una prueba embarazo le confirmó que tenía vida creciendo dentro de ella.

Su felicidad de estar embarazada fue tanta que no pudo evitar llorar a mares mientras abrazaba su vientre con mucha delicadeza y cariño incondicional.

Cuando pasaron sus nueve meses de embarazo, Sam le dió la vida Lina.

No podía sentir más orgullo en tener a su bebé y fruto de su cuerpo durmiendo en sus brazos mientras ella se encontraba agotada por las 8 horas que estuvo en labor de parto.

Lina es muy parecida a su madre, pero con la clara excepción que tenía el mismo cabello que su padre. Sin embargo, Sam nunca le importó el color del cabello de su hija porque es la evidencia del hombre que le dió el mejor regalo de su vida.

A medida que Lina crecía se volvía cada vez más traviesa porque le gustaba correr para todos lados y esconderse después de haber rayado las paredes con plumón o con alguna crayola.

Sam nunca se harto de perseguir y regañar a su hija por todas las travesuras que hacía, ya que siempre encontraba la manera de seguir los pasos de su hija y hasta saber en qué piensa.

Cuando Lina cumplió 8 años de edad le dijo a su madre si podía conocer a su padre y cumpliendo con su palabra, Sam aceptó un poco nerviosa porque no sabía que iba a suceder al conocerse.

Después de muchos años, regresó a la oficina de Lincoln y lo que encontró fue a un hombre inmensamente infeliz por la espantosa soledad que vivía día con día. Tenía tantos hijas por el mundo que por sus errores y lujuria hizo que se quedara completamente solo.

Sin embargo, ese hombre triste y solitario despareció cuando la mujer presentó por primera vez al hombre a su pequeña hija de 8 años de edad.

Lincoln sintió una repentina alegría que lo primero que hizo fue abrazar a su hija sin para de llorar agradeciendo a Sam por darle la oportunidad de conocerla.

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Sam llegó a la mesa del comedor aún estando en casa de Lincoln donde encontró a Lina jugando a pasar el cuchillo de untar mantequilla entre sus dedos contra la mesa junto con todos su hermanos.

Sin rodeos, le quitó el cuchillo de su mano y colocó el desayuno favorito de su hija para que la albina de mechón turquesa comiera y se fuera a jugar con sus hermanas para que pudiera irse a desayunar también.

Antes de regresar a la cocina, Sam le acarició le acarició la cabeza a su hija antes de darle un simple beso en la cien para después regresar a terminarse su café.

Lidiando Con Mi Pasado Parte IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora