Prólogo

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         Me  despierto sintiendo las suaves caricias de los rayos del sol que entran por la ventana. Abro los ojos y miró a mí alrededor, la habitación es hermosa , la paredes pintadas de blanco, decoradas con cuadros retratando bosques, pero el que más atrae mi atención es la pintura de dos grandes lobos, uno de un pelaje negro azabache con unos ojos de color ámbar y otro lobo de pelaje blanco como la nieve y ojos de un intenso  azul eléctrico.

        El mobiliario es moderno en tonalidades de gris claro y negro, pero lo más impresionante es la gran cama donde me encuentro, cubierta por unas delicadas  sábanas blancas de tacto aterciopelado, impregnadas de un olor embriagador a manzana con canela.

    Escucho risas de niños y una voz varonil que les pide guardar silencio, para no despertar a su mamá, desde fuera. Me levanto de la cama y salgo al la terraza y ese olor embriagador se intensifica, se que él es mi mate, la escena que veo en el jardín me hace sonreír.

         Hay un hombre de espaldas a mí, sentada en una mesa tomando una taza de café, mientras lee el periódico. Su pelo es negro azabache, viste de traje , de espalda ancha y cada vez que mueve su brazo al acercar su taza de café a sus labios se marcan sus músculos.
  Como me gustaría ser esa taza.
        
          La risa de los niños, me hace dirigir mi mirada a ellos, y los admiro embobada, la niña tiene el pelo negro azabache, una preciosa cara angelical, con grandes ojos azules, nariz  pequeña y respingona y unos labios rosados. El niño tiene el pelo rubio ceniza, una dulce cara de niño travieso, ojos negros, nariz pequeña y labios finos. Ambos aparentan tener unos 6 o 7 años, sospecho que son mellizos.
 
        El ruido de una silla al moverse, me hace volver a fijar mi mirada en el hombre que sigue dándome de espalda , pero de pie, y admiro como su traje marca sus músculos, le observo como se acerca a los niños, y se sienta en la hierba fresca del jardín cerca de ellos sin importarle manchar su costoso traje.

    - Mi reyna , se que te gusta admiramos, ¿ Porque no bajas a desayunar con tu rey y nuestros príncipes, y   así vernos más de cerca?

       Y justo cuando iba a voltearse y poder ver el rostro de mi mate y padre de mis hijos, siento como alguien me zarandea y llama.

       - Alessia despierta, que ya es muy tarde, y hay que preparar y servir el desayuno de los señores.

     Abro los ojos para despertarme a la cruda realidad, a mí miserable vida , donde soy una insignificante criada en la mansión del Alpha. Como me  gustaría  nunca haber despertado de ese dulce sueño.......
    

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