03

188 14 1
                                    

—No. De ninguna manera.

—Tienes que disculparte, Grace, ¡No puedes ir a insultar a la gente en su casa! No está bien —decía John dejando la taza usada para lavar.

—¿Lo suyo si estuvo bien? —respondió frustrada, estaba lista para disculparse con los Heffley por el escándalo, pero no con Rodrick en específico.

—No, pero eso no hace que tus acciones sean correctas —tomó aire —... son nuestros vecinos, Grace, tienes que disculparte con ellos y con su hijo.

—No me voy a disculpar con Rodrick, ¡Él empezó!

—No me interesa quien empezó, Grace, vas y te disculpas, ¿Entendido?

🖤

—Y ahora quiere que me disculpe —terminó de contarle todo a Alexia —¿Puedes creerlo?

Habían comenzado a caminar por el patio mientras "desayunaban", y podían ver que Rodrick estaba hablando de algo, seguramente de la cena, con sus amigos, quienes de vez en cuando las miraban tratando de no ser muy obvios.

—¿Y por qué no solo, ya sabes... te disculpas? —dijo confundida, no le parecía para nada difícil o complicado.

—¿Por qué tengo que ser yo la que se disculpe? Él empezó.

—Técnicamente él ya- no me mires así, técnicamente él ya se medio disculpó.

—No, no lo hizo, fue un reflejo, como insultar cuando te golpeas con algo.

—¡Relájate!, solo vas, te medio disculpas, ¡Y ya está! Todo arreglado.

Pero para Grace no estaba todo arreglado, y se pasó el resto del día inventando excusas para no ir y que su padre no le pusiera algún castigo.

Cuando llegó a su casa, con el plan de llevarle un pequeño pastel a la señora Heffley a modo de disculpa y decirle a su padre que iría a pedirle perdón a Rodrick —aunque no fuera a hacerlo—, los nervios de la mentira intentaron controlarle la lengua, y para evitar delatarse a sí misma, se encerró en la cocina y se puso a cocinar.

La actividad siempre le había resultado casi terapéutica, en algún lado había escuchado de que a veces los psicólogos hacían que los niños jugaran para así ver si había problemas, las criaturas representaban sus vidas y ahí se notaba como estaba la cosa; Grace no tenía mucha oportunidad de proyectar sus problemas y frustraciones, así que encontraba esa oportunidad en la cocina, allí podía fingir que golpeaba a alguien o algo, que decapitaba a quien odiaba, desquitar la ira del día... y después, cuando ya estuviera más tranquila, tendría algo para comer.

También la ayudaba a recapacitar sus acciones, si tenía que pasar al rededor de una hora limpiando hojas de acelga, era tiempo que muchas veces usaba para pensar a detalle cosas que había hecho.
Ahora no estaba limpiando hojas, estaba cortando chocolate, pero se había puesto a repensar el plan porque se le había olvidado poner música; de cierta manera, Alexia tenía razón, Rodrick se "medio había disculpado", y quizá se merecía una disculpa por el golpe y los insultos, había dejado que la ira la controlara y ahora sentía vergüenza.

Puta madre.

Cortó más chocolate entre insultos, haría brownies de disculpas junto con el pastel.

—¿Para qué tanto chocolate? —preguntó su padre entrando a la cocina, agarró unos pedacitos y se los llevó a la boca.

—Voy a hacer brownies.

—¿Para mi? —sonrió.

—Podría... pero tengo que disculparme, ¿Recuerdas? —arqueó una ceja, tratando de ocultar la sonrisa mientras medía los ingredientes.

Cringe! [Rodrick Heffley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora