Capítulo 7: El inicio de los intercambios

1.6K 226 34
                                    

Los días después de esa primera excursión pasaron de forma fugaz, de modo que apenas había notado que ya habían pasado un mes y medio. En el cual estuve visitando cada prefectura, distrito, ciudad que estuviera en mis posibilidades; al igual de estar investigando, analizando, copilando y clasificando cada peculiaridad que pudiera encontrar.

Además de estar tomando aquellas clases, las cuales siendo honesto me estaban sirviendo mucho para esto, de modo que incluso inicie a practicar por mi cuenta en casa, así como estudiar un poco más haya por mi cuanta, al punto que incluso mi profesor de computación de la escuela llego a darme una felicitación por mi buen trabajo.

Felicitación que me hizo ganar una golpiza de mis compañeros.

Pero eso ya no importaba, cada vez que usaban sus peculiaridades en mi cuerpo solo me daban más información de su funcionamiento y como acabar con ellos, o no.

Algo que por el momento estaba resistiendo en revelar, porque si lo hacía ahora, que finalidad tendría después. Si la información se divulga tan fácilmente, al final pierde su valor...

O incluso su precio puede salir más caro.

Caro como las cuentas del hospital de mamá, algo que tenía sentido siendo un buen hospital, y eso me di cuenta al hacer el segundo pago correspondiente que me correspondía. Pago que termine realizando con el ahorro de la tarjeta del fondo de emergencia.

Y con el siguiente cobro acercándose, ya no podría guardar más tiempo para empezar con este nuevo proyecto.

Lo tuve claro en mi cumpleaños número 15, al tener que "festejarlo" en el hospital, con la compañía del sonido del monitor de estado de mi mamá, así como la presencia de la Tía Mitsuki que busco todo el tiempo aligerar un poco el ambiente al traer pastel y un regalo por parte de su familia. Incluso ese día no fui a mi clase de la tarde con los Hatsume.

Es por eso mismo que aprovechando que empezaron las vacaciones de verano, es que empecé a poner en marcha el plan, después de todo ya tenía gran parte cubierto.

Justo después de mis clases del Sábado con los Hatsume y ajustar mi horario con ellos para extender y aprovechar mejor sus enseñanzas durante este periodo de vacaciones. Es que me dirijo a un baño público para hacer el cambio de look, al colocarme la peluca roja que había comprado hace tiempo junto a un par de pupilentes color azul, a la vez que me coloco los guantes de látex.

Con eso listo, doy camino a uno de los tantos cafés internet de esta zona, para ir a uno de los más barato que sabía. De modo que me adentre al mismo, compre una de las bebidas menos caras del menú, para adentrarme a la esquina más apartada y oculta que me permitiera la mayor privacidad posible.

Por lo que estaba a punto de hacer.

Antes de empezar, no podía dejar de dar las gracias internamente a la señora Hatsume, que a pesar del poco tiempo de conocernos ella junto al resto de su familia me dieron un regalo de cumpleaños, que la verdad no tuve corazón de rechazar y menos al enterarme de lo funcional que era para mi propósito.

No sabría decir si ellos eran consiente de que lo necesitaba, o si en algún momento había dado una pista de mi objetivo con los trabajos que hacía, o con las preguntas que realizaba, pero ellos la verdad es que fueron demasiado considerados conmigo, sin hacer demasiadas preguntas de mis intenciones, además de impulsarme a seguir avanzando con este nuevo aprendizaje.

Por lo que colocando el dispositivo Hatsume, en el puerto USB pude asegurar una red segura, así como un bloqueador de rastreo de documentos externos. Este dispositivo era sencillo y discreto a la vista, siendo parecido a una memoria USB por su forma rectangular, que no era más larga de 4 cm, de un tono palatinado, el cual tenía unas pequeñas aperturas cerca de los vértices que mostraban un brillo dependiendo del peligro de la red, así como de si intentan rastrearme.

VENTA DE INFORMACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora