9. Beso en la frente

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"Si solo hay una forma de decir gracias"

Ese día se van a la cama temprano.

Sylvie ha tenido un par de muy malos días, cuando eso suele pasar, ella simplemente decide no hablar o participar en ninguna conversación.

Suele mirar hacia el piso todo el tiempo, seria y triste, suele guardar su enojo y tristeza.

Loki supone que todo es debido a la larga cantidad de tiempo que pasó sola entre apocalipsis y apocalipsis, donde nunca hubo nadie para tranquilizarla o escucharla.

El pelinegro realmente no sabe que le pasó, y para ser honestos, Sylvie tampoco comprende porque se siente así, ni porque se ha sentido mal los últimos días, pero no tiene porque saberlo cuando sabe reconocer que lo que envuelve a su chica es el mal humor y la tristeza.

Realmente puede ser cualquier cosa, tal vez un buen recuerdo que ha aparecido en su mente, porque los buenos recuerdos de Sylvie (Los que se asocian normalmente a Asgard y a su antigua vida) suelen deprimirla.

Tal vez tiene que ver con la variante del que permanece que se ha escapado de ellos otra vez, la sensación de derrota que no los ha dejado respirar desde que empezaron con esta difícil tarea.

Tal vez solo sea ella no sintiéndose cómoda en donde están, o tal vez el trauma que no le permite seguir adelante, que la encadena a una constante sensación de alerta y persecución, porque era imposible que ella estuviera tan tranquila ahora después de una vida en persecución.

Sea lo que sea que la pone mal, Loki la conoce muy bien porque se conoce muy bien a él mismo, así que decide dejarla tranquila unas horas, solo parloteando a su lado cuando ve que las lágrimas están cerca de caer por sus ojos, quedándose junto a ella en silencio, recordándole que no está sola pero sin ser invasivo y torpe.

Ella parece un poco fastidiada al inicio, pero mientras el día transcurre lentamente en su apartamento en un universo desconocido, ella se acopla le tamente a la rutina.

Loki cocina sus comidas favoritas en silencio, se las lleva a donde sea que esté con una bonita sonrisa, le acaricia el pelo muy suavemente, solo por unos segundos, le da un beso en la sien, y se retira para dejarla pensar y estar sola.

A lo lejos, también lo escucha cantar, y Sylvie se siente ligeramente agradecida en su mal humor por escucharlo, ella adora escucharlo cantar.

Ella no se mueve mucho durante ese día, se queda en el afeizar de la ventana, viendo a gente sin nombre pasar frente a su departamento una y otra vez.

La rubia se va a la cama recuerdando haberse sentido así antes, con un enorme vacío dentro del pecho, con lágrimas picando en sus ojos, preguntándose como es que llegó a estar tan tranquila después de vivir toda la mierda por la que la Tva le hizo pasar.

También piensa en lo inimiginable que es, que su misión de toda la vida haya terminado finalmente. Derrotar a los guardianes del tiempo había sido una idea que se formó mientras corría de un lugar al otro cuando era una adolescente, cuando finalmente se había hartado de llorar en oscuros rincones como una niña perdida, llamando a alguien a quien la salvara. Las lágrimas de dolor se habían transformado en la burbujeante ira que la llevó a planear durante años como derrotar a la organización del tiempo y finalmente ser libre.

La verdad era que Sylvie jamás creyó llegar tan lejos en su plan, jamás creyó llegar a un punto después de su plan y por eso jamás tuvo idea de que haría después.

Ella creyó que moriría antes de llegar a los guardianes, o tal vez después de matarlos, y durante toda su vida, la dulce promesa de derrotar a la Tva sacrificando su vida fue lo que la alentó a continuar.

No, Love is trust [Sylki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora