Capítulo dos

204 34 37
                                    

Con una respiración tranquila, Namjoon seleccionó una de las canciones de su playlist favorita, eso le servía de inspiración para crear otro verso de la canción que estaba componiendo, sin embargo, no estaba tan seguro de incluir aquella frase.

"Desperté en Tokio, se siente como un torso, sé que es hora de irme".

Desde el momento en que su padre se enteró de lo que le hizo a Jimin, no dudó ni un minuto en enviarlo de viaje, no era lo que Namjoon quería, pero no podía hacer nada. Había cometido un error, o eso parecía.

Despedirse de sus amigos no fue necesario, ellos vendrían luego de una semana a Tokio, al parecer también se incluyeron en el programa de intercambio. Así que no estaría tan solo como parecía, solo debía de sobrevivir una semana.

Dejó sus apuntes a un lado y salió por el balcón de su habitación, debía de admitir que tenía una vista increíble. Inhaló el frío aire y lo liberó, sintiendo como la carga en él se dispersaba poco a poco. Por una extraña razón se sentía bien. Y que bueno ¿no?

Eran las 9 de la noche, y su vientre comenzó a gruñir, si fuera por él no volvería a comer, no era algo tan importante, tanto así que en alguna oportunidad estuvo tres días sin comer, pero esta vez no podía hacer una excepción, no podía decidir por su estómago. Guardó la tarjeta vip que su padre le entregó, como condición, y salió del departamento. Al menos así conocería un poco más de la nueva ciudad.

Hace años, Namjoon ya había venido a Tokio, pero este lugar era diferente al de ese entonces. No tenía problemas con conocer la avenida en la que ahora vivía, pero prefería mil veces ir en auto que, caminando, sin embargo, solo tenía la segunda opción, pues su padre tuvo la amabilidad de enviarlo sin ningún auto o un chófer. Entendía su jueguito, y no estaba dispuesto a perder.

Al no tener auto, pidió un taxi por una aplicación mientras caminaba hacia el ascensor. Estaba tan concentrado en su celular que no escuchó como una chica comenzó a gritar, pidiendo que detuviera las puertas antes de que se cierren, pero hizo caso omiso porque no quería personas en su espacio.

Las puertas comenzaron a cerrarse y solo pudo ver su rostro enfurecido. Se río ante lo ocurrido y luego de un par de minutos más, salió del elevador al llegar a la recepción.

Recibió el mensaje de confirmación del taxi, y no tardó mucho en llegar, pues ya se encontraba esperando por el afuera del edificio. Subió después de corresponder al saludo por parte del chófer, y estaba rumbo al restaurante de su tío.

Las calles tenían mucha iluminación para el gusto de Namjoon, cerró las ventanas y comenzó a buscar información sobre la universidad a la que asistiría, no le gustaba perder el tiempo.

Encontró algunos resultados en la red, sin duda era una institución muy prestigiosa, por lo menos su padre hizo un buen trabajo y no lo envió a una universidad de baja categoría. Deslizó la página para leer más, pero un freno en seco del auto hizo que se golpee con el asiento delantero.

—Carajo. —se quejó—¿qué pasó? —preguntó mientras acariciaba la zona adolorida, se había dado un buen golpe.

—Disculpe joven, una mujer se interpuso en medio de la pista y tuve que frenar de inmediato, mil disculpas. —habló demasiado rápido, provocando que Namjoon no entendiera lo que dijo, pero le daba igual.

Solo eso le faltaba, no tenía ganas de discutir, así que solo asintió y le dijo que continúe con el camino.

Era las 10 de la noche, y ahora no podía negar que se moría de hambre. Salió del taxi y se quedó observando el enorme edificio frente a él, un restaurante muy elegante era lo que necesitaba y Mugi No Oto era el lugar ideal.

𝐓𝐨𝐤𝐲𝐨 ;; 𝐤𝐢𝐦 𝐧𝐚𝐦𝐣𝐨𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora