Capítulo 6

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Xiao Zhan

Yibo me ayudo a bajar de la moto, luego bajo él. Par entonces ya me sentía sobrio. Entonces me acorde que de mi lobo y mire hacia el bosque, pero no veía nada, así que me acerque necesitaba verlo.

- ¿A dónde vas? Tú casa está por ahí –me dice Yibo señalando la puerta de mi casa.

- Lo sé. Solo estoy buscando a...- me gire hacia Yibo - déjalo.

- ¿A quién buscabas? – me pregunta curioso, mientras me acompaña hasta la puerta.

- Vas a pensar que estoy loco, o demasiado borracho, como para creerlo.

- Inténtalo - me animo a que hable.

- Desde el primer día que me mude a este pueblo, todas las noches viene un lobo hasta aquí.

- ¿Un lobo? – pregunta confundido.

- Sí, pasa – le invite a entrar - ¿Quieres algo?

- No tranquilo. Cuéntame más del lobo – dice mientras nos sentamos en el sofá.

- Mi lobo...

- ¿Tu lobo? – me interrumpe divertido.

- Bueno como siempre me viene a ver el mismo, hablo de él como que es mío.

- Okey, cuéntame.

- Es enorme, yo diría que su tamaño no es el normal, es de color negro, con unos ojos azul cielo preciosos – eso pareció gustarle a Yibo porque sonrió - pero ha cambiado...

- ¿Cómo que ha cambiado? – pregunta frunciendo el ceño.

- Ayer me intento atacar, cuando los otros días me había dejado tocarlo, no lo entiendo.

- ¿Atacarte? – pregunto confuso.

- Si le iba a presentar a Ji Yang y se volvió agresivo.

- ¿Ji Yang? ¿De qué clase es?

- No es de aquí, es mi hermano, vino a traerme una caja que me olvide y a pasar la noche.

- Tu hermano... - susurra que apenas logro escuchar, negando con la cabeza.

- ¿Te pasa algo? – le pregunto preocupado.

- Que soy estúpido.

- ¿Por qué dices eso?

- Nada – dice quitándole importancia.

- Casi matas a He Peng antes - comento cambiando de tema.

- No podía dejar que te hiciera nada –me dice serio.

- Te agradezco la ayuda, pero lo de casi ahogarlo sobraba.

- Pero no podía dejar que se fuera de rositas.

- Relájate, que no eres nadie para tener que defenderme. Te agradezco que me defendieras pero que no se te suba.

- ¿Me odias? – pregunto bajando el volumen, sonaba preocupado a que dijera que sí.

- No te odio – suspiro aliviado.

- No sabes lo contento que me pone escuchar eso.

- Qué raro eres – digo riendo.

- Creo que me tengo que ir – dijo mientras se levantaba mirando por el ventanal.

- Claro – digo mientras me levanto - Gracias por salvarme y traerme a casa.

- No hay de que – dice antes de salir de mi casa.

Lo seguí con la vista desde el ventanal, cogió la moto y...¿Qué hace yendo hacia el bosque, en vez de coger la carretera hacia el pueblo?

Confuso salí de casa, y camine en la dirección en la que se había ido la moto.

Al final tuve que correr para donde me parecío que había ido Yibo ¿Pero dónde se había metido este chico? Llevo como diez minutos corriendo, estoy cansado, me duele la cabeza, y los pies los tengo destrozados.

Justo cuando iba a darme media vuelta veo la moto de Yibo pero no a él, voy hasta la moto, miro a mi alrededor y lo veo a lo lejos, esta frente a...eso es un lobo. ¿Pero qué hace? Ese lobo no es mi lobo porque ese tiene el pelaje de color marrón oscuro. Yibo se va acercando a paso tranquilo. Por otra parte yo intento hacer el menor ruido posible, no quiero que el lobo note mi presencia y venga a por mí.

De repente Yibo mete un salto pero en el aire se retuerce, mientras cae Yibo se convierte en lobo. Ahora hay dos lobos el marrón y uno negro que ha aparecido del salto de Yibo.

Casi suelto un grito de sorpresa pero me tape la boca con las manos, que por suerte no lo escucharon los lobos.

No podía pensar en nada, tenía la mente en blanco, empecé a dar pasos hacia atrás sin poder creerme lo que acababa de ver. Cuando estaba lo suficientemente lejos como para no verlos y que ellos no me vieran a mi eche a correr todo lo rápido que pude hacia casa, donde cerré todas las ventanas y las persianas.

Me cambie de ropa me puse unos tejanos una sudadera y unas bambas, cogí un poco de dinero, mi móvil y las llaves del coche, seguidamente salí de casa, cerré con llave y me fui en coche a toda velocidad.

Marque el número de mi hermano, rezando interiormente porque lo cogiera. Sabía que era muy tarde y seguramente había estado de fiesta y ahora estaría caos en la cama, que es como debería de estar yo en este momento.

Saltó el contestador, cerré el móvil. Pegue un manotazo al volante al volante por pura frustración.

Conduje sin rumbo fijo hacia las afueras hasta que vi un hotel, no era uno de cinco estrellas pero no estaba mal tampoco, aparqué el coche en la parte de atrás del edificio, alquile una habitación y me encierre en ella. Esta noche necesito pensar en todo lo que acabo de ver.

Aun no me puedo creer lo que he visto, Yibo se ha convertido en un lobo... ¡Espera! ¿Ese no era mi lobo? ¿Cómo que no me lo ha dicho cuando le he hablado antes del lobo?... ¡Espera, espera, espera! ¿Es un hombre lobo?

Suspire mientras me tumbaba en la cama mirando el techo, ¿Eso existe acaso? ¿O es que aún estoy demasiado borracho? No estoy tan borracho como para alucinar esas cosas, además ya me sentía sobrio desde que baje de la moto.

Entonces me di cuenta que deje caer mi campera en el suelo antes de salir corriendo de allí.

¿Y ahora qué voy a hacer? ¿Decírselo a la policía? No creo que me vayan a creer ¿Me voy corriendo de este pueblo? ¿Qué otra opción tengo? Esto es de locos.

Sonó mi móvil, mire la pantalla, número desconocido. Como no es mi hermano lo ignoro, no estoy como contestar de manera racional.

Mi ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora