Capítulo 13

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Zhan

- No estoy seguro de nada ahora mismo, pero si me preguntas si esto es lo que me gustaría, la respuesta es un sí, me gustas - deje separando nuestras frentes, quedando cara a cara.

Yibo me cogió la cara con las dos manos y me dio un pico, luego un beso en la frente.

- Zhan, quiero llevarte a la casa de la manada para poder protegerte mejor o tendrás que dejar que me quede aquí, pero no es problema me conformo con el sofá.

- No puedo dejar que duermas en el sofá - ¿Cómo iba a dejar que un alfa durmiera en el sofá? Es como mandar al perro a la cucha - mejor vamos a tu casa, déjame unos minutos y preparo una maleta.

- Gracias por entenderlo. Voy a avisar a Hao Xuan y a Ji Yang. Te esperamos en el salón.

Me puso el pelo tras la oreja, en un dulce gesto, le sonreí mientras veía como salía de mi habitación.

Me puse a hacer una maleta ligera. ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Cómo voy a buscar información? ¿Tendrán internet? Espero que si ¿Qué voy a hacer con mi hermano? Porque acepte o no a Yibo, mi hermano ya está marcado, y no lo quiero dejar de ver. Es mi hermano y siempre ha cuidado de mi aunque ahora este enfadado con él, sé que lo hablaremos y lo aclararemos, pero por ahora necesito mi espacio para aclararme yo y luego ya lo aclaro con él, no le ira mal sufrir un rato mi silencio.

Me dije que no era el momento de comerme la cabeza de este modo, así que acabe rápidamente la maleta y fui al comedor donde todos estaban esperando. Mi hermano al verme se levantó, parecía que me iba a decir algo, pero se contuvo al ver la cara de mala hostia con la que le miraba.

- Ya estoy listo ¿Cómo vamos a ir? Mi coche no está aquí - pregunto.

- Yo tengo el coche fuera, ¿vosotros como habian venido? - pregunto mi hermano.

- Digamos que hemos venido corriendo - dice Hao Xuan sonriendo, dando a entender que habían venido en forma de lobo - Vayamos todos en el coche de Ji Yang.

- Por mi está bien - dice Yibo mirándome, yo solo asentí - Vamos.

Nos metimos todos en el coche, Hao Xuan conducía, Ji Yang de copiloto, Yibo y yo atrás. Todo el viaje fue silencioso, ya que nadie decía nada. Yo me dedique a mirar por la ventana. Cuando estábamos a unos metros Yibo puso una mano en mi pierna dando un pequeño apretón, para llamar mi atención, yo le sonreí y puse mi mano sobre la suya.

Después de llegar y saludar a los padres de Yibo, como era tarde cuando llegamos y tenía el estómago cerrado, me llevaron a la que será mi habitación, justo al lado de la de Yibo, ya que he tenido que insistir en que no estoy preparado para compartir habitación.

Ahora estaba sentado en la cama, porque acababa de deshacer la maleta.

- ¿Qué te parece? - pregunta Yibo apoyado en la puerta.

- Es muy grande y bonito, gracias.

- Me podría acostumbrar a estar aquí - dice mirando la habitación - aunque es más pequeño que el mío.

- No te tienes que acostumbrar a esta habitación, teniendo el tuyo justo al lado.

- Pero si a ti te gusta más esta, entonces a mí también me gusta porque estas tu - dice sonriendo y sentándose a mi lado.

- Serás tonto - digo riendo en bajito - ¿Por cierto tenes internet? Quería buscar información.

- Pues claro - me miro divertido - ¿Puedo preguntar sobre qué vas a buscar información?

- Sobre hombres lobo, sus costumbres o leyendas, cualquier tipo de información.

- Cualquier cosa sabes que puedes preguntarme a mí, seguro que sé me la respuesta - lo último lo dijo con humor.

- Eso seguro - digo riendo.

- Va dime ¿Qué quieres saber?

- Vale, pues... ¿Qué tareas o deberes tiene la Luna?

- Eso es fácil, la Luna de una manada mantiene la paz, hace que la manada sea más fuerte y segura.

- ¿Pero cómo?

- Una vez el lazo se cree, con tu presencia es suficiente para calmar a todos, aunque también habrá compañeros que te pedirán consejos, y tú tendrás que hacer de juez, pero por eso no te preocupes porque lo podemos hacer juntos.

- Me parece tan frio eso de que te tengas que emparejar con alguien a quien no conoces.

- Supongo que es difícil de entender, ya que para nosotros es algo natural y para los humanos no es lo habitual.

- ¿Pero cómo sabes que me quieres?

- Porque mi corazón solo late así, cuando estoy a tu lado - dice cogiendo mi mano y apoyándolo en su pecho, haciendo que notara los rápidos latidos de su corazón.

- Pero no me conoces.

- Sé que eres todo lo que quiero a mi lado por el resto de mi vida, no necesito nada más.

- Pero aun así, no me conoces.

- Tienes que dejar de pensar en las consecuencias y hacer lo que quieres. Y si el problema es que no nos conocemos tendremos toda una vida para conocernos.

Sin previo aviso me cogió la cara con ambas manos y me beso, colando su lengua en mi boca para profundizar el beso. Estaba tan sorprendido que al principio me quede parado pero luego le seguí el beso con el mismo animo apasionado que él. Mis manos fueron a su cuello, Yibo movió una de sus manos por mi espalda, acariciándome.

Seguimos besándonos, no sé en qué momento Yibo quedo sin camiseta al igual que yo y estaba acariciándome la piel, que se erizaba bajo su tacto. La cosa se nos estaba yendo de las manos y lo que más importaba era que no me importaba, más bien que me gustaba y quería seguir más.

- Zhan... - gimió Yibo.

- Más - exigí uniendo nuestros labios otra vez.

- Zhan, tendremos que parar, no se cuanto más lograre controlarme.

- Márcame.

- ¿Seguro?

- Sí, hazlo - en verdad no estaba seguro de nada, pero sé que era lo que necesitaba.

Entonces note como clavaba sus dientes en mi hombro, dolía tanto que se me saltaron algunas lágrimas, después de morderme lamio las heridas que había causado y cuando me miro a los ojos vi que los suyos eran azules como los que tiene cuando es lobo.

- Ahora eres mío - dice sonriendo, mientras me tumbo y se subía sobre mí.

Mi ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora