Zhan
En cuanto llegue a las casas me di cuenta que eran las casas del final del pueblo, así que decidí buscar la casa de Yubin, ya que no estaba lejos.
Caminaba cogiéndome los brazos por el frio. En cuanto llegue toque el timbre.
- Voy - se escuchó de dentro.
Se abrió la puerta dejándome ver a Yubin con una sonrisa, que la cambio al verme, por una cara de susto en un segundo.
- ¿Qué te ha pasado? Madre mía, Zhan, entra – dijo alterado.
Me hizo entrar en su casa y me llevo hasta su habitación.
- Ponte esto - dijo ofreciéndome ropa - ¿Qué te ha pasado?
- ¿Me puedo dar una ducha primero? - pregunte cogiendo la ropa que me ofrecío.
- Si tranquilo, el baño está allí, cualquier cosa me llamas. Voy a aprovechar para hacer una llamada.
Entre en el baño, me deshice de mi pijama y me metí en la ducha bajo el agua caliente, sentí como poco a poco mis huesos entraban en calor.
No sabía que decirle a Yubin cuando saliera del baño. No puedo ir y decirle: ¡Oye Yubin! ¿Sabes qué? Yibo es un hombre lobo y me he ido a vivir con él, pero algo ha pasado y he terminado caminando descalzo por un túnel que me ha llevado al bosque. Le digo eso y me tome por loco.
Cuando ya me sentía bien, me seque y me puse la ropa que me había dejado Yubin. Una sudadera y unos jeans, que por suerte parecía que teníamos la talla parecido.
- ¡Yubin! ¿Me puedes prestar tu botiquín? pregunte a chillidos.
Era una manera de ganar tiempo, poco pero lo justo para inventarme alguna escusa barata.
- ¡Si coge lo que necesitas! – me contesto chillando.
- ¿Dónde está?
- ¡En el armarito bajo la pica!
- ¡Vale, gracias!
Lo encontré y me puse a curar las heridas de mis pies, que por culpa de la cueva y de andar descalzo los tenia hechos mierda. No veas lo que escuecen las heridas al curarlas.
Me vende el pie, guarde todo y salí del baño. Yubin estaba de espaldas hablando por teléfono.
- ¿Pero cómo puede ser? - Decía en bajito, yo me quede callado escuchando - Pero entonces ¿Qué hago?...Vale, adiós.
- ¿Todo bien? – pregunte.
- Si yo sí, ¿Y tú? ¿Qué te ha pasado?
- Estaba en mi casa y me pareció ver a alguien y salí corriendo.
- ¿Enserio? ¡Madre mía qué miedo! ¿Para qué necesitabas el botiquín?
- Para él pie - dije mostrándole el vendaje.
Yubin frunció el ceño y miro confuso el pie.
- Es que con el susto me olvide de ponerme zapatos - le explique -¿A quién has llamado? - pregunte por curiosidad.
- Nada a Peng - en cuanto lo dijo puso cara de sorpresa.
El típico cara de "mierda la he jodido" pues esa cara. Me puse nervioso al escuchar que ha llamado a He Peng. Me tengo que ir antes de que venga.
- Bueno, gracias por todo, de verdad. Ahora me tengo que ir. Ya te devolveré las ropas.
- Tú te quedas aquí y quietecito - dijo sacando un arma de la parte de atrás de su pantalón.
Me apunto a la cabeza con la pistola. Yo subí las manos en señal de rendición, metí un chillido por el susto.
- ¿Yubin que pasa? – pregunte asustado.
- Quédate aquí y calladito.
Dijo eso y seguidamente salió de la habitación trancando la puerta con alguna silla o algo porque no se podía abrir.
Decidí que ya que el peligro estaba fuera mejor que no saliera ni entrara Yubin, así que eche el pestillo de su habitación. Así ni el ni He Peng, cuando lleguen, no podran entrar.
¿Ahora qué hago? Madre mía, madre mía, ¡Madre mía! ¿Eso quiere decir que Yubin es un hombre lobo? ¡Y me lo ha estado ocultando... Tengo que salir de aquí! ¡ya! Empecé a pasear por la habitación dando vueltas de un lado a otro y vuelta a empezar.
- ¡Mierda! - grite golpeando la mesa del escritorio.
Eso hizo que viera el móvil de Yubin. El muy idiota se lo había dejado dentro. Rápidamente lo cogí y por suerte el único bloqueo que tenía es el de deslizar para arriba. Lo desbloquee y llame a mi hermano.
- Va cógelo. Ji Yang por tu vida, cógelo - susurre.
Al tercer tono mi hermano cogió la llamada.
- ¿Si?
- Ji Yang soy yo Zhan - le hable susurrando.
- ¡Zhan! ¿Dónde estás? ¿Desde dónde llamas? - me pregunta alterado.
- Estoy en casa de Yubin...
- ¿Cómo has llegado allí? - pregunta interrumpiéndome confuso.
- Unos tíos me metieron en un túnel y no me abrían la puerta así que camine por el túnel y acabe en el bosque. Pero eso no es lo importante. Ji Yang, estoy en peligro.
- ¿Cómo que en peligro? Zhan ¿Qué narices dices?
- Yubin acaba de llamar a He Peng y me ha encerrado, tiene un arma, Ji Yang.
- Zhan te voy a sacar de allí, ¿Me oyes? Te sacare. Aguanta y si ves que no puedes huyes.
- Tengo miedo – dije ya con las lágrimas rodando por mi cara -
A-Yang si me pasa algo quiero que...- Ya voy enano - dijo interrumpiéndome.
Colgó la llamada, sin darme tiempo a despedirme.
- Ji Yang cuando te veo te daré una colleja por no dejarme despedirme –susurre amenazante al móvil.
Estuve moviendo los muebles para que hicieran de tope en la puerta, aunque me pregunto si esto puede parar a un hombre lobo. Lo veía difícil, más bien imposible.
Al final lo estuve pensando y decidí no obedecer a mi hermano y escapar sin aguantar, mejor intentar salir ahora que luego con todos los hombres lobo estuvieran cerca.
Me asome a la ventana y vi que al lado de la ventana había una tubería que bajaba hasta en suelo de la calle. Perfecto, me puse manos a la obra.
Me senté en la ventana, pase mis piernas hacia fuera. Agarrándome con una mano al marco de la ventana me incline hacia la tubería para intentar llegar con la otra mano. Cuando la tuve, rápidamente me solté del marco, y agarre con las dos manos la tubería y poniendo mis pies también alrededor y empecé a deslizarme poco a poco e intentando no hacer mucho ruido.
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Mi ALPHA
RandomXiao Zhan, el nuevo chico del pueblo, tímido y dulce. Busca cambiar de aires, dejar de pensar en su cuidad. ¿Cómo puede cambiar mi vida una sola palabra? "Mate"