Capítulo 21

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Zhan

Toque el suelo y me entraron ganas de llorar, corrí por las calles en dirección al hotel que estuve la otra vez, a recuperar mi coche e ir...no sé dónde ir.

Iba corriendo como podía por la calle y cuando veía a gente caminaba disimulando caminando a un paso más o menos normal, disimulo como podía.

Cuando llevaba un rato caminando, empecé a notar como me seguían así que me pare y de reojo, gracias a las cristaleras de la tiendas, pude ver a dos chicos.

Mierda ¿Y estos quiénes son? ¿Por qué me siguen? ¿Son de la manada de He Peng? Seguro que me volverán a llevar a casa de Yubin. Empecé a acelerar el paso.

De un momento a otro, alguien me cogió y me levanto del suelo.

- Sueltame - empecé a gritar.

- Luna, Luna, tranquilo.

Me gire un poco y vi que eran dos chicos, que conocí en la fiesta en la que me presentaron como pareja de Yibo.

Deje de moverme y de gritar, cuando vieron que ya no forcejeaba me soltaron, me puse cara a cara.

- Que susto me habian dado - digo medio llorando.

- Lo sentimos - se disculparon los dos.

- ¿Qué ha pasado? - pregunte soltando lágrimas.

- Nos atacaron y los que te metieron en el túnel se olvidaron de decirte que tenías que girar a la derecha.

¿Eso quiere decir que Yibo me sigue queriendo? ¿Qué nunca me ha dejado de querer?

- ¿Cómo que os han atacado? - pregunte asustado.

- La manada de He Peng nos ha venido a atacar.

Me quede callado mirando el suelo, pensando en que podía hacer yo.

- Luna, tenemos que ponerte a salvo -dijo sacándome de mis pensamientos.

- ¿A salvo? Yo quiero que me lleves con Yibo.

- Pero Luna... - dijeron los dos mirándome como si yo estuviese loco.

- Mirar a dos calles esta mi coche, lo cogemos y me llevan allí ya.

- Luna, no creemos que sea buena idea... Además tenemos órdenes de ponerte a salvo - dijeron con cara de súplica.

- Una pregunta ¿Las Lunas de una manda pueden dar órdenes tan efectivas como las de un Alfa?

Se miraron entre ellos con el ceño fruncido, seguramente estaban hablando mentalmente, discutiendo sobre qué contestar.

- Suponemos que sí, siempre que no influya en ninguna orden del Alfa, así que te tenemos que poner a salvo.

- ¿Podemos ir en coche?

- Sí, claro.

- ¿Nosotros me pueden mantener a salvo entre los dos?

- Por supuesto por eso nos ha mandado el Alfa a nosotros.

- Genial, pues llevarme con él.

- No, no, no... - empezaron a decir.

- Es una orden y se puede cumplir -digo caminando hacia el coche.

- Nos cortaran los huevos - comenta uno en bajito.

- A los dos... - dijo el otro.

- Dejar de quejarse, y vamos.

Caminaba con los ¿Compañeros de manada? ¿Se dice así? Supongo que sí. Con los dos compañeros de manada detrás, con pocas ganas de llevarme.

Cuando llegamos al coche, me gire con una sonrisa de circunstancia en la cara.

- ¿Qué pasa? - me preguntaron.

- No tengo las llaves...

- Yo me encargo - dijo uno.

Se acercó a al coche y en un momento lo tenía abierto y arrancado. Le ha hecho el puente a mi coche. Él se puso a conducir y el otro de copiloto así que me toco ir detrás.

Durante el camino le explique lo de Yubin, y ellos me contaron que el no es un hombre lobo, pero hace tiempo se encapricho de Yibo pero este le dijo que no y el se enfadó. He Peng aprovechó su despecho y le conto lo de los hombre lobo y todo y el se alió a él.

Que seguramente cuando vio como me miro Yibo la primera vez, se dio cuenta de que yo era su mate, por eso se hizo mi amigo y luego me llevo a la fiesta de He Peng...

Que idiota soy, encima voy y le presento a mi hermano, yo pensando que era mi amigo y ha resultado ser una víbora.

Una lágrima se escapa, creo que están siendo demasiados emociones para un día.

- No llores Luna - dijo mirándome con preocupación.

- ¿Por qué no puedo llorar cuando es lo que siento? - pregunto intentando reprimir mis lágrimas.

- Porque no te queremos ver así, además puede que no lo sepas pero los hombre lobo, somos capaces de notar la tristeza y eso nos apena mucho - dice poniendo cara de cachorrito abandonado.

- No lloro por tristeza, lloro porque me siento tonto - digo sinceramente.

- Eso nos entristece igualmente, además no eres tonto, eres humano - dice lo último en broma.

- No te pases - dije riéndome, y secando mis últimas lágrimas.

El resto del viaje fue bien me acabaron sacando más de una sonrisa. Pero según nos íbamos acercando a la casa de la manada mis nervios iban aumentando, por ver a Yibo.

Aparcamos al otro lado de la casa.

- El Alfa está en la otra parte, pero está peleando.

- ¿QUÉ? - grite.

Sin darles tiempo a reaccionar, me puse a correr hacia el otro lado. En cuanto llegue vi a mi manada y a la de He Peng una a cada lado mirando como dos lobos enormes peleaban, sabía que uno era mi lobo, Yibo.

¿Por qué no hacen nada? Me pregunte mientras corría hacia Yibo todo lo rápido que podía.

Estaba a punto de pasar por delante de la manada e ir al lado de Yibo, cuando Hao Xuan me agarro levantándome del suelo, yo empecé a golpearle los hombros y darle patadas, pero no me soltaba.

- Suéltame Hao Xuan - le suplico, volviendo a empezar a llorar.

- Zhan, para, no te puedes meter en medio, te harás más daño a ti mismo que ayudar.

- Bájame, Hao Xuan suéltame - seguí insistiendo.

- Chicos llevarlo dentro - ordeno Hao Xuan.

Los que habían venido a buscarme se acercaron y me cogieron, yo seguía luchando.

En ese momento vi como un lobo caía y no se volvía a levantar, pero como no paraba de moverme para que me soltaran no podía ver quien era. El otro lobo también cayó al suelo...

- Sueltame - grite - ¿No ven que ya no luchan? Sueltame ya.

Me dejaron libre y fui corriendo hacia ellos, esta vez sin ningun interrupción.

Mi ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora