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•𝗥𝗜𝗡𝗗𝗢•
Es independiente, dijo. Entonces, ¿Por qué tendría que hacer que te preocupes así?
Las bolsas colgantes debajo de sus ojos seguidas con los patrones de alimentación desiguales dicen lo contrario.
"Está bien Rindou, lo entiendo, pero necesitas comer" razonaste, de pie frente a su escritorio de oficina. Con las palmas en la superficie plana mientras lo miraba.
"_______, estoy bien. Déjame terminar mi trabajo". Su respuesta fue fría, los dedos aún escribían en su teclado. Los ojos no titubean de su pantalla.
"¿Qué tal una comida? La haré ahora mismo para ti" propusiste, dando saltos de arriba a abajo con entusiasmo. Tratando de convencerlo de que hagas tu comida llena de amor.
"¡A la mierda _______! ¡Déjame en paz! Dije que estoy bien" Sus manos golpearon su teclado, el escritorio se movió ante su repentino movimiento hostil.
El día había sido bastante estresante, con Ran molestándolo durante toda su reunión. Además del cabello rosado conocido como el número dos de Bonten que lo regaña sobre sus deberes y misiones. Quería volver a casa, hacer el resto de su trabajo temprano y descansar. Eso es todo.
"Mierda, ¿Por qué solo no puedes saltar de mi polla? Qué molesta" Se quejó en voz baja, sin anticipar que tus oídos lo escucharían.
"Te odio" murmuraste, juntando tus manos en puños a los costados.
"¿Eh?" Rindou arqueó una ceja. "¿Te escuche bien?"
Tus ojos se abrieron al darse cuenta de tus propias palabras. Manos cubriendo rápidamente tu boca mientras mirabas al hombre sorprendido frente a ti.
"Rin... Se me escapó, lo siento mucho" te disculpas una tras otra mientras tu mano se extendía sobre la mesa, tratando de tomar sus manos en las tuyas. Solo para que las alejé con brusquedad.
"Vete a la mierda entonces" Su dedo señaló la puerta, sus ojos no se atrevieron a encontrarse con los suyos, sino que se enfocaron en la alfombra de su oficina.
Las lágrimas cayeron de tus ojos, sin una palabra más te giraste. Saliendo rápidamente por la puerta.
Le dolía el corazón, sus ojos se arrastraban por tu espalda cuando te ibas. Sabía que tanto él como tú se necesitaban, necesitaban tiempo. Pero mentiría si dijera que lo expresó de la manera correcta.
