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•Shinichiro•
No todos los fines de semana podías quedarte en la cama hasta después de las 9:00, con tu hija siempre despertando a las 8:00 e irrumpiendo en tu habitación, saltando y rogándote a ti y a Shinichiro que se despertaran.
Esa mañana, sin embargo, te despertaste con el olor de tu desayuno favorito proveniente de la cocina y el sonido de las voces de tu esposo e hija.
"¿ERA UNA FUSIÓN DE DOS GEMAS?" Shinichiro exclamó, sorprendido, "¿Por qué no me lo dijiste?" le dice a su hija, que parece tan sorprendida como él.
"¡No lo sabía! ¡Veamos el próximo episodio!"
Se veía encantador, tan involucrado en un programa para niños en el que su hija había encontrado recientemente.
Discretamente tomaste una foto de la pareja, Shinichiro con el cabello desordenado, la barbilla apoyada en la cabeza de su hija, a quien sostenía cerca de su pecho mientras ella se sentaba entre sus piernas, ambos envueltos en una manta grande y esponjosa.
"Hola, hermosa" te saludó tu esposo, con la misma sonrisa encantadora de la que te habías enamorado, "Te preparamos el desayuno, ¿Por qué no vienes aquí y te unes a nosotros?". Se giro para mirar a su hija quien grito al televisor.
"¡Ellos no pueden hacer eso también Garnet!"
Esa misma noche, los dos estaban cantando a todo pulmón cada una de las canciones del programa
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•Wakasa•
Acababas de llegar a casa después de un largo día, y encontraste a tu hijo y esposo viendo algo en la televisión, Wakasa sentado en el piso mientras dejaba que su hijo se enredara con su cabello, que estaba sentado en el sofá.
"No hay forma de que Suki se conforme con Sokka", dijo tu hijo, "Ella es demasiado genial para él".
"Bueno... Tu papá es más genial que yo", dijiste antes de que Wakasa pudiera decir algo, "Cuando estábamos saliendo, él era un gran luchador", le guiñaste un ojo a tu esposo.
Puso los ojos en blanco, pero no pudo evitar que la sonrisa apareciera en su rostro.
"¿En serio?" su hijo dijo con los ojos muy abiertos.
"Sip"
"¿Por qué pelearía papá?"
Miraste a Wakasa, preguntándole en silencio si le parecía estaba bien contarle o no sobre su pasado, pero él se apresuró a asentir.
"Estaba en una pandilla"
"¡Eso es tan genial!"
"Oye, no tienes permitido estar en una", dijo Wakasa pellizcando la nariz del chico, riendo en respuesta.
"Tu mamá no podía pelear, pero fue la mejor negociadora", dijo Wakasa, "Y fue sorprendentemente intimidante. Y ella siempre estuvo ahí para mí, regañándome mientras curaba mis heridas"
Mientras ustedes dos seguían recordando el pasado, su hijo había redirigido su atención al papel, lápices de colores y marcadores que tenían en la mesa frente a él.
"Vamos, apuesto a que solo se asustaron porque tú o Benkei siempre estaban conmigo"
"Supongo que nunca lo sabremos", dijo Wakasa alzando los hombros, girandose para mirar lo que estaba haciendo su hijo.
Intentaste echar un vistazo también, pero el chico se apresuró a ocultarles su trabajo a los dos.
"¡No puedes verlo todavía!" Él dijo.
Te sentaste en el suelo junto a tu marido y esperaste hasta que tu hijo volteó con orgullo la hoja de papel, mostrando su obra de arte.
Te mostraba a ti y a Wakasa. Simplemente no de la forma habitual en que lo haría, sino más bien su nueva visión de ustedes dos. ¿Había dibujado a Wakasa con lo que reconocías como un traje de guerrero Kyoshi, solo sabiendo que era él por el cabello y a ti miembro como de la tribu del agua?
"¡Papá es como Suki! ¡Y mamá es como Sokka!" Dijo con orgullo, señalando cada una de las figuras que había dibujado.
