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•Takeomi•
Con los ojos fijos en el balcón de su apartamento compartido, definitivamente te vio saliendo de un taxi. Un saludo corto hacia el conductor mientras te alejabas para entrar al apartamento. Una tenue sonrisa en sus labios se mostró ante la idea de que volvieras a casa un día más.
Los antebrazos en la barandilla se relajaron cuando finalmente escuchó la puerta principal abrirse y cerrarse, un silencioso anuncio de tu llegada.
Takeomi miró por encima de su hombro para encontrarse con la vista de ti descuidadamente quitándote los zapatos y desabrochando los botones superiores de tu camisa cuando llegabas al sofá.
Levanto las cejas, divertido. Sosteniendo el cigarrillo que estaba en su boca, sus manos ahora estaban metidas en sus pantalones grises mientras caminaba adentro para encontrarse contigo, mientras tú te estabas enterrando en los cojines.
"Oye... No sé si sabes, pero tenemos una cama"
"El sofá estaba más cerca"
Con una risa entre dientes, se inclinó sobre la mesa de café con el cigarrillo fuera de la boca. Con facilidad, aplastando el cigarro en el cenicero para quemarlo.
Mirandote, allí estabas a apenas unos segundos con conciencia, pero aún así te tomó en sus manos para colocarte en algo con más comodidad, siendo esa la comodidad de su cama compartida. Te quejaste por la interrupción pero él todavía te cargó contra su pecho, abriéndose camino hacia el dormitorio y colocándote sobre el colchón.
Lo miraste con un ojo abierto y él cruzó los brazos sobre el pecho, "Duerme".
Sin una palabra, giraste sobre tu lado de la cama y comenzaste a acariciar el suyo, ordenándole que se acostara a tu lado. ¿Cómo puede decirle que no a esa cara con la que estaba tan agradecido de despertar todos los días?
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