Motherland fort Salem One shots

Un minuto mas

La vi tres veces más a lo largo de mi vida.

La primera fue el día en que ganamos la guerra. Cuando el acuerdo de Salem se cambió a uno completamente nuevo. Cuando las brujas ganaron su libertad y adquirieron derechos como cualquier ser humano.

Ella estaba ahí.

A un lado de la General Alder. Apenas y podían creer que sobreviviera. Tenía rasguños por todo el rostro y parecía feliz. Feliz pero distante. Usando una máscara de alegría que protegía a todos de la oscuridad dentro.

Y solo sabía que quise abrazarla.

Alguien debería hacerlo, porque no podían ver la muerte de sus compañeros y la sangre en sus propias manos sin sentir que algo malo ha surgido dentro. Quería abrazarla y juntar sus piezas, pegarlas con mis palabras y cariño.

Pero aún era una criminal. Una criminal mirándola desde la audiencia con un rostro robado. Con una identidad falsa.

Alder jamás me dejaría libre sabiendo la cantidad de vida inocentes que tome. Mucho menos sabiendo que no solo mate a civiles, sino que mate a brujas. Ella me miraba con odio. Y ciertamente, no podía vivir de otra forma ahora.

Quizá estaba escrito en piedra mi destino. El tener que huir desde siempre. Con el mundo como mi hogar.

Pero mi hogar estaba en ese podio. Hablando sobre la igualdad, sobre los compañeros caídos y lo importante que sería el futuro.

Y me sentí orgullosa.

...

El tiempo paso rápido, sinceramente, jamás creí vivir hasta mis treinta. Pero ahí estaba. Comiendo una rebanada de pastel que me habían dado en mi trabajo. Mirando a mi cuarto vacío. Nunca me quedaba mucho tiempo en algún sitio. Pero esa gente era amable. Ellos adoraban a la Justine que trabajaba con ellos en la biblioteca. Y jamás se imaginaria que su Justine tan amable y dulce podría matar a alguien y luego reír.

Y ella estaba ahí de nuevo. Vistiendo ropa de civil. Siendo interceptada por uno que otro admirador. Escuchando cosas como "Es un orgullo conocerla".

Por esas mismas razones jamás veía la televisión. Porque ella podía aparecer en cualquier momento. Ella que ahora era la imagen del ejército. Casi podría decir que sería la sucesora de Alder.

Y a pesar de que ella también estaba cerca de los treinta, seguía siendo joven. Seguía teniendo esa belleza que ella quería desperdiciar muriendo en el frente. Esa figura que se formó desde antes del entrenamiento.

Y la tristeza seguía cubriendo sus ojos. Oculta con una sonrisa que dibujaban sus labios de tanto en tanto.

Recuerdo todo sobre ese día. Sobre la noticia que estaba en el noticiero de la tarde. Sobre la inauguración de una escuela y como ella fue invitada para cortar el lazo. Como una celebridad importante. Y es que ella era una persona importante aún sin guerra o logros que aparecerían en los libros.

...

Y la última vez que la vi. Fue el día de mi ejecución.

Ella estaba ahí. Mirándome entre las filas de los sargentos. Mirándome como si apenas pudiera comprender que estaba ocurriendo.

-Scylla Ramshorn. Se le ha encontrado culpable del atentado en un centro comercial por órdenes de la ola. Se ha infiltrado en Fort Salem para atacar desde dentro y fue responsable de la muerte de al menos una docena de brujas a lo largo de la guerra.

"Un golpe a la cabeza, uno al corazón y el último en el alma".

Pero la voz de Alder jamás me había dado miedo. No me daba miedo la mujer con el látigo en la mano.

Me daba miedo la mirada fría de la chica en sus filas. Su mirada un tanto confusa. Si parpadeaba, me llegaba a parecer indiferente. Pero cerraba los ojos y al abrirlos de nuevo, sentía que se rompía.

¿Que se siente morir?

Realmente no lo recuerdo.

Creo que fue más como un regalo. Porque mi muerte había sido en una celda durante mi juventud. Cuando tenía diecinueve años.

Al menos, mi muerte oficial fue más rápida. Más compasiva. Fue terminarlo todo. Bajo esa mirada azul. Y puede que haya sido por efectos de la muerte. Que mi cerebro creará ilusiones, pero creo haberla visto soltar una que otra lágrima.