Capítulo Catorce

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Capítulo 14: Observando.

Mamá apareció por la puerta tan preocupada como si fuera la primera vez que terminaba en el hospital, se mordía los bordes de las uñas como si los nervios la fueran a matar.

Inclinaba la cabeza mientras la doctora le hablaba para poder ver hacia adentro, movía mi mano para saludarla cuando pude notar un hombre acercándose a ellas.

¿El papá de Oliver?

Incline mi cuerpo hacia un lado e intente observar todo lo que podía, los tres hablaban sin parar mientras movían sus manos para explicarse, mamá asentía con la cabeza escuchando lo que el hombre le decía y la doctora tomaba especies de notas sobre una tabla.

El hombre y mamá se fueron juntos mientras hablaban sin parar y la doctora entró a la vez con dos médicos más.

-Vamos a mudarte de sala. -Dijo con una sonrisa enorme. -Me ha costado convencer al médico, pero al final dijo que sí. -Sonrió nuevamente.

-Y ¿A dónde vamos?. -Dije intentando sentarme en la camilla.

-Con tu amigo. -Respondió ella sin más y sentí como algo en mí se aceleraba.

Arreglé mi cabello aunque no tuviera donde verme, y según yo, así estaría más arreglada, suspire un poco y lleve una de mis manos hasta mi corazón, estaba tan acelerado que era sorprendente, estar cerca de él...

Me encantaba.

Tenía una sonrisa en el rostro que no podía disimular y la doctora no podía dejar de verme, notaba su intención en el movimiento de sus manos chocando el fierro de la camilla.

-Te ves mucho mejor. -Dijo guiñando un ojo.

-Me siento mejor.

-Él... ¿Se hacen bien? -Preguntó sin mirarme.

-Sí.-Respondí sin más, sabía que era la respuesta a la pregunta que intentaba hacerme.

Ella continuó callada el resto del camino hasta que llegamos a la habitación y frenó un segundo antes de entrar, tomo la placa de mi cama y anotó algunas cosas mientras me miraba fijamente.

-Creo que está durmiendo, hagamos silencio. -Dijo mientras apoyaba su rostro en la ventana.

Asentí con mi cabeza e intentamos hacer el menor ruido posible, ellos estaban ahí, su padre y mi madre, esperando por mi inquietos pero con una sonrisa, y eso me relajaba.

Oli se veía tan pequeño, tan débil y frágil, si no estuviera tan mal hubiera saltado a darle un abrazo, necesitaba sentirme cerca de él, pero con eso me conformaba. Dirigí mi vista otra vez hacia la doctora intentando pedirle que no me dejara tan lejos de él, por lo menos, podría sentir su mano, dormía tan profundo que verlo era dulce.

Me volví hacia abajo y acomodé mi cabeza en la almohada, no quería hablar con nadie, tener esa compañía era todo lo que necesitaba, sabía que estaba bien, que estaba cerca de mí y que pronto volvería a ver sus ojos, a escuchar su voz.

Que descanses susurre mientras dejaba caer mis ojos para dormir.

-¿No se puede un café? -Escuche a alguien hablar.

Esa voz tan dulce y tentadora...

Oliver

Me moví suavemente mientras abría mis ojos para ver si lo podía observar sin que se diera cuenta.

-Buenas tardes.-Dice antes de que logre abrir los dos ojos. -Parece que hace una eternidad no te miraba dormir. -Continuó y paso una de sus manos por mi cabello.

-¿Hace mucho me estás viendo?. -Pregunté curiosa.

-Desde que nos dejaron solos. -Dijo mientras se agachaba para quedar a la altura de mi rostro.

Podía sentir el calor de su mirada en cada parte de mi cuerpo, como si sus ojos me prendieran fuego.

Si me prenden, pensé mientras mordía mi labio inferior.

Me levanté y senté sobre la cama mientras corría mi cabello de la cara, deseaba tanto verlo que cualquier dolor que quedaba en mi cuerpo desaparecía.

-¿Con quién peleabas por café? -Le digo al ver que llevaba en su mano una pequeña taza.

-Con nadie, pero nos han traído chocolate, como si fuéramos niños.-Dijo soltando un suspiro de enojo y robando toda mi atención a sus labios.

-Para mí está bien, si tú no quieres el chocolate puedo beberlo yo.-Sonreí.

Se dio vuelta hacia mí con las dos tazas en mano, dándome una y quedándose la otra.

-No dije que no lo quería. -Mencionó mientras posaba su mano desocupada en mi pierna.

Sentía su mirada fija en mí, mientras con suavidad iba poniendo un poco de fuerza sobre mi pierna, solo podía pensar en acercarme más, ese deseo...

Quería besarlo.

Raíces Demoníacas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora