3. Atención

157 36 86
                                    

Hoy me sentía particularmente bonita

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hoy me sentía particularmente bonita.

No había nada de especial en mí. Me corté un poco el cabello, me maquillé las ojeras y me puse mis lentes de pasta, como cada día de mi vida. También decidí usar la bufanda que Justin me había regalado hacía unos días.

Y es que Justin siempre por esta época me ponía sus bufandas, me cubría el cuello y decía que debía cuidarme del frío, porque este me pone la voz ronca y seguramente no tardaré en enfermarme.

Usaba unos jeans y unas botas altas, además de una chaqueta azul. ¿Y por qué todo esto era tan importante? Porque me sentía linda, me puse bonita para ver a mi novio y él parecía no notarlo demasiado.

Me dio un beso al llegar a mi encuentro en un restaurante caro de la ciudad y me abrió la puerta al pasar. Tomó de mi mano con gesto galante y me condujo como si fuese una princesa. Era un caballero, como siempre que teníamos oportunidad de salir, y quizás era una niñería mía querer que él advirtiera que yo me sentía particularmente brillante en ese día, y él era la razón.

Ordenamos nuestra comida antes de que Justin pusiera una mano sobre la mesa y me mirara con una media sonrisa.

—Te amo, Al, ¿lo sabes? —yo asentí como tonta montada en una nube. Luego de dos años y medio de relación, estaba muy segura de que me amaba.

—Yo también te amo —él me sonrió otra vez trazando un círculo con un leve roce en mi mano—. No te había dicho que estás muy pero muy her... —comenzó a decir mirándome, pero sus palabras se entrecortaron cuando su celular vibró en la mesa. Yo lo miré deseando que terminara la oración, pero eso no sucedió.

Levantó la mano y tomó el teléfono para responder lo que fuera que tuviese que atender y yo me quedé simplemente esperando que terminara su bendita frase. Pero soltó el teléfono y seguía distraído, no dijo nada más.

—¿Me decías? —solicité, él espabiló y me miró a los ojos.

—Es que... —comenzó a decir y yo supe que la bella nube en la que venía montada por sus atenciones estaba por terminarse.

—Tienes que irte, ¿no? —le dije recogiendo ambas manos de la mesa.

—No, no... Solo debo ir a atender una llamada —pero yo no sabía qué era peor, el hecho de que pretendiera plantarme, o que quisiera que me quedara de nuevo esperando 45 minutos a que él terminara su conferencia telefónica de negocios.

—El trabajo es trabajo —dije sin más antes de levantarme de la mesa.

—No, Alice... Pues, es que tengo unos minutos más y... —lo miré fijamente como si no pudiera creerlo. Pero no era cierto, claro que podía creerlo, no era la primera vez que lo hacía.

—¿Y? ¿Quieres que me quede los 15 minutos que te quedan antes de que te llamen y luego me marche sola a casa? —le dije con tono irónico. Justin se levantó de la mesa para seguirme y yo negué con la cabeza—. Busca un lugar silencioso donde atender tu llamada, Justin —me quejé al ver que me seguía cuando su teléfono sonó otra vez y se detuvo a mirarlo. Suspiré con frustración y seguí.

Valiosa [Serie Verdades I] (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora