Valiosa [Serie Verdades I] (Finalizada)

13. A salvo

¿Alguna vez te has sentido total y completamente a salvo? Como si nada pudiese tocarte en ese lugar, como si una paz completa y absoluta te arropara y darías lo que fuera para no moverte.

Así me sentía luego de la noche más larga de mi vida.

Mis sentidos comenzaban a responder suavemente a los estímulos externos y lo primero que oí fue el suave tamboreo de su corazón. Me quedé inmóvil al sentirlo respirar acompasadamente, estaba dormido. Entonces me incorporé un poco para verlo bien bajo la tenue luz del amanecer que se colaba por la ventana. Su mano me rodeaba la cintura y seguía profundamente dormido cuando yo miré el golpe que tenía por encima de su ceja y sentí la necesidad de protegerlo.

Josh me había llamado después de los 45 minutos más largos de mi vida. Había encontrado a Lanna, uno de sus escoltas resultó herido y el tipo había golpeado a Josh al escaparse con una pistola. Mi mejor amiga tenía una fractura abierta en el pie, y cuando Josh notó que no podría llevarla en la moto, porque estaba sumamente drogada, la cargó y corrió doce cuadras hasta llegar al hospital más cercano.

Ahora Lanna estaba bien, fuera de peligro, había salido de cirugía hacía un rato, así que Josh y yo nos quedamos esperándola en su habitación. Fue allí donde nos dormimos después de que yo lo retara por dejarse golpear y él me asegurara que no se había puesto en peligro.

Pasé mi mano por su rostro acariciando suavemente el golpe rosado en su frente y él se arqueó ante mi contacto soltando un suspiro que me llenó los pulmones como un tipo de aire totalmente nuevo y espectacular que me hacía sentir en las nubes.

Lo acaricié nuevamente deseando que no le doliera el golpe, que nada nunca volviese a ponerlo en peligro, porque era cierto que no sabría qué hacer en un mundo en el que él no estuviera. Entonces volvió a suspirar intentando abrir los ojos, pero debía estar realmente cansado. Yo sonreí cuando lo miré luchar contra el sueño para verme, era demasiado tierno.

Entonces se quedó tranquilo con la cabeza recostada en el mueble y sus labios rosados quedaron tan pero tan cerca de mí que no pude evitar pensarlo de nuevo.

El corazón me comenzó a latir desbocado mientras pasaba con suavidad la yema del dedo por el borde de su golpe, pero sin poder dejar de mirar sus labios que me atraían increíblemente. Tragué grueso intentando ordenarme, él estaba dormido y ni sabía qué locuras estaba pensando yo, pero de todas formas era totalmente imposible sacarme de la cabeza la idea de besarlo.

—¿Estoy soñando? —preguntó con la voz sumamente gruesa, sus ojos color miel apenas abiertos estaban centrados en mí con un toque tan hermoso que incrementaba en tantos niveles mi curiosidad y deseo.

—No, es la realidad —dije trazando el borde de su cabello desordenado con mi dedo en una caricia muy suave.

¿Pero qué demonios me estaba sucediendo? Estaba súper abrazada de mi mejor amigo, mirándole los labios, acariciándole el pelo y... ¿No me detenía? ¿Me estaba volviendo loca? Sin embargo, mi corazón se sentía tan a salvo que cuando lo vi sonreír de nuevo juraba que no había visto nada más hermoso en el mundo.