Hoy era día de salir con Justin, y yo no creí tener el coraje para hacerlo, pero lo hice.
Salí con él y, para mi desgracia, él fue la persona más encantadora sobre la faz de la tierra. Siendo honesta era realmente sencillo permanecer enamorada de él cuando estaba presente. Era hermoso, galante, inteligente, atento y honesto. El hombre era un sueño hecho realidad, que me miraba como si fuese su mundo. Y es que siempre que el trabajo no se interpusiera, eso era yo: su mundo.
En los último días Justin había estado muy pendiente de mí. Yo, por mi parte, estaba tratando de molestar menos a Josh y tomar la distancia que nos habíamos prometido hacía días, así que le había pedido a Justin que nos llevara a Lanna y a mí a la residencia cuando ella salió del hospital, y eso había hecho puntual y con la cena incluida. Nos había ido a buscar al hospital y me texteaba un par de veces al día para saber cómo estábamos.
Ese era el código implícito que me indicaba que él sabía que había metido la pata. Su atención temporal eran sus disculpas. Su rosa blanca, camisa de botones y el hecho de complacerme en absolutamente toda esta noche no era más que un plan magistral para que no lo mandase al mismísimo demonio.
Normalmente habría funcionado, pero esta vez le daría una y solo una oportunidad más. Solamente un chance de probar que podía cambiar y madurar. Solo debía mencionar lo que hizo mal, admitirlo, mostrar iniciativa. Solo tenía que querer cambiar su forma egoísta de proceder, y yo lo consideraría.
Lo haría porque lo amaba, amaba estar con él, amaba como éramos juntos. En fin, lo amaba a él.
Y aquí, frente a la puerta de mi residencia a punto de finalizar la noche, me estaba dando cuenta de que él no tenía tal coraje. Ni siquiera tenía la disposición de admitir que se había equivocado.
Rozó mi mano con el reverso de la suya, en un gesto que creía él que era sexy, o algo. Entonces en su mirada noté que no estaba pensando precisamente en disculparse.
—¿Cuándo regresa Lanna? —preguntó con coquetería. Se humedecieron mis ojos cuando la realidad me golpeó sin previo aviso. Justin no iba a disculparse por nada, porque muy en lo profundo él creía que no tenía nada por lo que disculparse. Todo esto era simplemente una gran forma de contentarme por algo que él no creía que estuviese mal, o que no pasaba de ser un soberano berrinche mío.
—El sábado —replique mientras bajaba la mirada tratando de juntar mis ideas y abría la puerta de mi habitación—. Just, creo que debemos hablar... —comencé a decir cuando me silenció con un beso de esos que te hacían perder el hilo de la conversación.
Ubicó su mano detrás de mi nuca y prácticamente me dirigió al interior del cuarto besándome como solo él sabía que me hacía perder los sentidos, y es que no podía evitar pensar que tal vez fuera la última vez que me besara de esta forma, así que mi interior deseaba disfrutarlo lo más que pudiera. Cerró la puerta con una mano y me recostó de ella volviendo a besarme una y otra vez, logrando sacarme de la mente lo que tenía entre ceja y ceja.
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Valiosa [Serie Verdades I] (Finalizada)
RomanceMary Alice es una chica normal, como tú y como yo. Una chica que no es suficiente para nadie, una chica que siente que no haría diferencia si mañana simplemente deja de existir. Aunque tiene un novio amoroso, una mejor amiga atenta y una familia, si...